Si el Huesca llega con un bloqueo mental a la cita de este domingo, el Castellón no es menos. El conjunto entrenado por Schreuder no llega en su mejor momento, y es que viene de sufrir una dolorosa derrota en casa ante el Mirandés (1-3). En cualquier caso, ha ganado dos de sus últimos cinco partidos, y es un equipo verdaderamente peligroso. Sus números también lo dicen, y es que el Castellón nunca ha perdido esta temporada dos partidos consecutivos. Por lo tanto, por esa regla de tres, tendría que sacar algo positivo de El Alcoraz, aunque por suerte esto es fútbol.
El técnico del Castellón, Schreuder, reconocía en la previa que "tenemos un problema mental, no voy a esconder ciertas cosas, tenemos que manejar mejor las situaciones complicadas".
Sin duda, la desventaja ante el Mirandés fue un golpe duro para sus jugadores, que quizás bajaron los brazos demasiado pronto, algo que no puede volver a ocurrir ante el Huesca. "No puedes hacer eso después de haber hecho 15-20 minutos muy buenos. Este tipo de reacciones hay que controlarlas mejor y deben ser capaces de mantenerse firmes, especialmente cuando las cosas no van bien", aclaraba.
Para el entrenador neerlandés, el encuentro del domingo en Huesca "va a ser un gran reto para todos". Por su parte, el ariete De Miguel decía el jueves que el equipo azulgrana es un rival "bastante complicado. Viene de una mala racha y por eso hay que tener aún más cuidado. Es un gran equipo con buenos jugadores, que hace no mucho estuvo en Primera. Su objetivo es distinto al nuestro, pero saldremos a competir como siempre".
El conjunto 'orellut' acude con las bajas confirmadas de Camara y Lottin. Son duda Thomas Van den Belt, sin duda uno de sus hombres más peligrosos, y Salva Ruiz. Está sancionado Calavera, uno de sus pilares. Schreuder llama a José Albert, Iker Punzano, Pere Marco y Gonzalo Pastor.