Ni contigo ni sin mí tienen mis males remedio, contigo porque me matas, sin ti porque me muero. Era un gran cantautor Emilio José. Los buenos son clásicos y trascienden las generaciones. Es más, sus mensajes son tan transvesales que lo mismo sirven para un amor fatal que para la situación actual de la Sociedad Deportiva Huesca.
Las oficinas del Camino del Cocorón se han convertido en Desengaño, 21 de "Aquí no hay quien viva". Llegan ocho mil y pico amores leales intentando convertirse en el cuerpo de una afición correspondida y, sin embargo, como Gema Cuervo, Mariví Bilbao y Emma Penella, se identifica con la teleserie "La Despechada". Mal negocio cuando la amenaza de desafección es tan grande. Ahora mismo hay dolor, mucho dolor. Se repite el guión de la 2021-2022, con goles en el último minuto fatales, derrotas que duelen. Cuando apenas han pasado un cuarto de hora, en plena reflexión, la conclusión es que el equipo no da para más.
Hoy, el entrenador tampoco ha dado de más. Y qué decir del club, que a estas alturas se plantea que con un central quizás sobre. ¡P'a qué! ¡Vas a encontrar alguien más intimidador que "Mike Tyson" mordedor Pulido! ¿Mejor dueto que Anglada-Pulimbauer? Pues no, a ver si nos los quita el Villarreal para Europa. ¿Jeremy Blasco? ¿Mandé, who's that one? Con Euse, vamos ya sobrados. Entiéndase que la ironía modo on no va, para nada, dedicada a los canteranos, que no debieran estar para estas lides. En una rueda de prensa hace tres semanas, Martín González -al que considero, empero, un valor para esta crisis incipiente- aseguró que el equipo de La Liga no se parecería al de los amistosos de pretemporada. Otra predicción fallida.
Renunciaremos de momento a un auto de fe inquisitorial. Pero podemos convenir que, a fecha de hoy, a esta hora de desaliento, el Huesca ofrece de todo menos confianza. Incluso, porque la duda es sabia, podemos cuestionar la alineación de Ziganda, no digamos el estado de forma en el que han llegado los que tienen que sacar las castañas del fuego, y ya no cabe si no certeza en que la planificación, como la de la pasada campaña, a fecha de hoy dista de merecer si quiera un aprobado raso. Muy deficiente. ¡Rubén, vete ya! ¡Ah, no, que no está el gominas de la inteligencia artificial!
San Pedro negó tres veces a Jesucristo, como había previsto por cierto el Señor. El Huesca nos ha defraudado tres fines de semana seguidos. Y el caso es que no sabemos si al próximo domingo resucitará. Porque aquí no hay Salvador que valga. De momento, mucho despecho. Y una certidumbre: que nadie tiene intención de ir al rincón de pensar. Con la falta que hace.