¿Aburrirse? ¿Qué es eso? ¿Dolor de cabeza? Eso sí, de eso sí que sufre el aficionado de la Sociedad Deportiva Huesca últimamente. Están las aguas revueltas en Camino Cocorón y así se cierra un año 2023 que ha sido realmente complejo en lo institucional. Quizás esto sea un reflejo de lo que está sucediendo en el campo, al menos muchos aficionados así lo piensan con firmeza. La realidad es que, fruto de una gestión deficiente en los últimos años, el Huesca posee uno de los límites salariales más bajos de la categoría y está rebasado en él, por lo que el margen de maniobra es minúsculo. Por eso se ha pasado de Primera División a sufrir como no ocurría desde hace muchos años por no caer al pozo de la Primera RFEF. Porque dejar el fútbol profesional sería un fracaso rotundo después de haber tocado el cielo literalmente con las dos manos hace apenas dos años.
Teniendo en cuenta la situación extradeportiva de este 2023 que se va, hay que recordar que todo comenzó con la salida Manolo Torres, quien dejaba la presidencia de la SD Huesca en el mes de junio después de pactar su salida con el propio club. “El club ha entendido que era el momento de separar nuestro camino, y yo lo he compartido”, confesaba el 14 de junio en la rueda de prensa de su despedida. Un ascenso, un descenso y dos años en Segunda: es la trayectoria de Torres desde que llegó al Huesca en 2012.
El empresario altoaragonés Fernando Callizo entraría al Consejo como nuevo presidente, en sustitución de Torres. Hay que recordar que su empresa, Transportes Callizo, se unió a la nómina de empresas patrocinadoras en enero de 2019.
Tras ello, Gustavo García Capó, el profesional que desarrolló el trabajo de diagnóstico del club, y Cristina Aranda, doctora en Lingüística Teórica y Aplicada por la UAM y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset; y cofundadora de Big Onion, se proclamaron nuevos miembros del Consejo del Huesca. Josete Ortas, hasta ese momento director general, se convirtió en Consejero-Delegado. Todos ellos nombrados de forma oficial desde el 31 de julio, momento en el que se celebró la Asamblea de la SD Huesca.
Tras un verano relativamente tranquilo en lo institucional, con movimientos puramente deportivos en visos de confeccionar una plantilla que dirigía durante la pretemporada y las primeras jornadas Cuco Ziganda, llegaron una sucesión de hechos que desequilibraron la estabilidad emocional de los aficionados. Agustín Lasaosa “llegó al rescate”, tal y como adelantó EL DIARIO DE HUESCA el 8 de octubre, un día después del cese de Cuco Ziganda. Quien fuera presidente hasta el estallido de la Operación Oikos, regresó al club en condición de asesor deportivo, un ayudante más en beneficio del club.
A la semana siguiente, el barbastrense José Luis Bandrés completó el Consejo azulgrana. Así lo hizo oficial el 13 de octubre el club ante la “dimisión” de Alberto Larraz. Pero esta no fue la única salida, sino que también tomaron la puerta Agustín Pueyo, Pedro Ibaibarriaga, Sergio Gracia, Carmelo Bosque y Josete Abarca.
¿Habrá público ante el Espanyol? Es lo que se preguntaron muchos aficionados unos días antes de uno de los encuentros más especiales de la presente temporada, que finalmente se jugó con público en un día inolvidable con un ambiente espectacular. El Huesca tuvo que presentar el proyecto refundido de las licencias exigido por el Ayuntamiento de Huesca el 6 de noviembre para regularizar la situación administrativa del estadio de El Alcoraz. Los problemas seguían apareciendo.
El 23 de noviembre se celebró la conferencia de Gonzalo Ávila que tanto ha dado que hablar. El club organizó este encuentro que, finalmente, acabó siendo abierto al público. El economista explicó la realidad del club con el actual plan de ajuste y reveló que el déficit de la pasada temporada fue de 7,8 millones de euros por un incremento muy superior de costes respecto a los ingresos. Además, tasó el valor del club entre 34 y 40 millones de euros.
Posteriormente, el 5 de diciembre EL DIARIO DE HUESCA informó que Daniel Oliván se convertía en nuevo máximo cargo de la estructura profesional. El que hasta entonces había sido director comercial y de Desarrollo de Negocio reportaba directamente al consejero delegado, Josete Ortas, tras la marcha del club de la directoria financiera, Mónica Lacasa, y el gerente, Luis Sanclemente. Junto a ellos también salieron Agustín Pueyo (aseguró a este medio que cambiaba su forma de relación contractual y pasaba de estar en nómina a ofrecer los mismos servicios que desempeñaba como autónomo) y Diego Pesqué.
También hay que recordar que por el camino el club se deshizo del readaptador Jorge Carracedo, un fotógrafo, dos cocineros y dos ojeadores. Todo esto dentro de un proceso de reajuste de la plantilla extradeportiva anunciado el 26 de junio (700.000 euros en esta parcela de ahorro).
El año ha ido llegando a su fin y el colofón lo ha puesto el Grupo Costa, quien como adelantó EL DIARIO DE HUESCA el pasado 22 de diciembre, descartaba la compra de la SD Huesca después de más de un año de negociaciones. Después de haber analizado toda la documentación, el Grupo estima que no se dan las circunstancias para la inversión. La noticia cayó como un jarro de agua fría en buena parte de la afición, que veía en Costa una rendija por la que respirar en el apartado económico.
Finalmente, ese mismo día y apenas unas horas después de anunciar el “no” de Costa, se pudo saber que Pedro Camarero, abogado, dejaba la secretaría del Consejo de Administración del Huesca. Concretamente lo hará de forma oficial el próximo 7 de enero. Este cargo que deja ahora había sido confirmado en la reciente Junta de Accionistas que celebró el club hace justo un mes. Camarero entró en el club en plena convulsión de la Operación Oikos y, tras 55 meses muy largos, deja el Huesca.
Apenas restan unas horas para que termine el año 2023. Quién sabe si todavía queda alguna noticia por contar.