#VIDEO La generación dorada del himalayismo aragonés: una aventura inolvidable contada por Lorenzo Ortas, Manuel Avellanas y Manolo Bara

Miguel Ángel Blasco y Myriam Martínez
09 de Febrero de 2025
La fascinante historia de los himalayistas aragoneses

Lorenzo Ortas, Manuel Avellanas y Manolo Bara narran en este vídeo las gestas que hicieron de los himalayistas aragoneses de los años 80 y 90 una generación irrepetible. Durante casi dos décadas, estos alpinistas escribieron algunas de las páginas más gloriosas del montañismo español, protagonizando expediciones que marcaron un antes y un después en la historia de este deporte.

La crónica comienza en Perú escenario de su primera gran aventura, cuando, sin contar con profundos conocimientos técnicos, se enfrentaron a la montaña con valentía y determinación. Contra todo pronóstico, lograron la primera ascensión del Ausangate, un hito que encendió en ellos el deseo de explorar nuevos horizontes y cimentar la tradición de expediciones.

A medida que crecían sus ambiciones, también lo hacían los retos. En 1980, con motivo del 50 aniversario del montañismo, el grupo emprendió una expedición al Himalaya para abrir una nueva vía en el Gasherbrum II, una cima de 8.035 metros. Las dificultades fueron múltiples: problemas económicos, la obtención de permisos y las durísimas condiciones meteorológicas. Pero lo más impresionante fue su decisión de escalar sin oxígeno suplementario, lo que elevó la complejidad del desafío.

Aquel intento no culminó con el éxito deseado, pero reforzó la determinación del grupo y abrió el camino para futuras gestas. Entre ellas, la expedición al Everest en 1989, un hito fundamental en el que la coordinación del equipo y su capacidad para superar adversidades brillaron como nunca antes.

El relato de estas expediciones no oculta la dureza del camino. Las complicaciones logísticas y emocionales de aquellos años fueron numerosas. Las tecnologías rudimentarias y costosas dificultaban la transmisión de información inmediata.

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La tragedia del K2 puso fin a esta época dorada en la que coincidió un grupo de personas "normales" que, a la vez, eran unos fuera de serie.

El montañismo ha evolucionado y ha dado paso a una práctica más profesionalizada, marcada por nuevos desafíos económicos y logísticos. Sin embargo, el legado de esta generación pionera sigue vivo.

Estas gestas se cuentan con todo detalle en la exposición que se ha inaugurado en la Fundación Ibercaja de Huesca, con motivo del Pirineos Mountain Festival.

La pasión, la resiliencia y la entrega total que definieron a estos himalayistas aragoneses siguen siendo una fuente de inspiración para nuevas generaciones. Sus hazañas no solo nos hablan de conquistas deportivas, sino también de la importancia de la amistad, la confianza y la capacidad para superar los límites, tanto personales como colectivos.