Teniendo en cuenta que siempre, desde pequeño, le han gustado mucho los deportes de raqueta, una vez retirado del 'handbike', Diego Ballesteros no ha podido resistirse a adentrarse en el tenis en silla de ruedas. Lo ha hecho en el I Torneo Sorigué Ciudad de Huesca que se celebraba recientemente en la capital oscense.
"Desde pequeño he jugado al tenis y al tenis de mesa. Al estar muy centrado en el 'handbike', dejé de practicar otros deportes que me gustaban por miedo a lesiones", explica el barbastrense.
Después de la competición, el balance es "bastante positivo", más que nada "por las sensaciones que he tenido". A la hora de sacar, explica, "me entraban bastantes saques. Además, los golpeos de revés y derechas me salían bastante bien".
La práctica del tenis en silla de ruedas es bastante "complicada porque tienes que tener una gran coordinación entre el golpeo y el movimiento de la silla". Cuando hay una lesión alta como la suya, que es medular en la cual no tiene movilidad desde el pecho hasta los pies, "la verdad que ese control me cuesta".
En el I Torneo Sorigué se ha enfrentado a personas que tenían más nivel que él, pero eso es lo de menos. "Te das cuenta que personas con una alta discapacidad son capaces de dominar este deporte, que es bastante técnico". Por lo tanto, es una esperanza para seguir mejorando.
"He salido bastante motivado. Desde la Asociación Disport Deporte vamos a intentar que alguien dé clases de tenis y nos ayude a seguir avanzando a todas las personas con discapacidad que estén dispuestas a practicarlo", añade. La idea es comenzar con las clases dentro de poco y el objetivo se fija en el próximo mes de mayo, donde espera jugar algún otro campeonato.