La Sociedad Deportiva Huesca da prácticamente por cerrado a estas horas el mercado de verano y el único movimiento ha sido la inscripción de José Ángel Carrillo y de Rubén Pulido en Laliga, ocho días después de ser presentado el primero y ambos ya entrenando con el resto de la plantilla a las órdenes del Cuco Ziganda.
Las palabras de Ángel Martín González en la última comparecencia de prensa fueron premonitorias y el objetivo de fichar a dos centrales e incluso tantear un hombre del centro del campo ha sido en vano. El Huesca tiene el límite salarial sobrepasado, de hecho está en proceso de reestructuración (que afecta incluso al ámbito de los sueldos), y las opciones de incorporar más futbolistas al equipo pasaban exclusivamente por la aportación de algún patrocinador que liberara un 25 % del montante para incrementar el techo o por un aval para la contratación de un jugador. Una alternativa es la de los jugadores en paro, para los que no hay límite de fechas. Al final, por tanto, Pulido es el único defensa de estos últimos días y Ziganda habrá de hacer su composición con lo disponible.
Los ingresos por las cesiones de Sandro y Álvaro no han podido aliviar suficientemente la disponibilidad del club para satisfacer nuevos fichajes. El ciclo de la Sociedad Deportiva Huesca ha cambiado y hoy se instala en la clase media-baja de Laliga Smartbank.