El oscense Iván Cabellud ya está en la historia del CD Diocesano y en el recuerdo de todos sus aficionados. El domingo, el equipo de 2ª RFEF donde milita desde el pasado verano, eliminó de la Copa del Rey a todo un Real Zaragoza y no puede estar más feliz, pues como canterano azulgrana, “es el máximo rival”. Un gol de Daniel Sales de penalti apartó al conjunto blanquillo de la competición. “Fue un partido muy complicado porque es de superior categoría. Nosotros tuvimos claro desde el principio el encuentro que queríamos hacer y lo hicimos”, asegura.
Recuerda que el equipo de Fran Escribá llegó “dos o tres veces a puerta, pero tampoco llegó mucho más. Nosotros lo materializamos en la única ocasión que tuvimos en el partido y, a partir de ahí, nos pusimos el mono de trabajo. Dominaron pero no sentimos mucho peligro. Al final se dio y cayeron eliminados”.
A sus 23 años, este delantero oscense ya se ha vestido con varias camisetas del fútbol español. Una vez que se formó en la cantera de la SD Huesca, se marchó al Sariñena antes de recalar en el Almudévar. Después hizo las maletas, dejó Aragón y se marchó hasta Cantabria para jugar con la Gimnástica de Torrelavega. En febrero de 2021 su destino estuvo más al sur, concretamente en Badajoz para vestir la elástica del Villanovense. De ahí se marchó al Tudelano para competir en 1ª RFEF el curso pasado y este verano recaló en el Diocesano.
“Fue un día histórico para el club con bastante gente que vino a animar. Era un partido especial para todos. Para algunos, incluso la mayoría, era el partido más importante hasta ahora de su carrera. Todos estábamos con mucha ilusión”, asevera. Tal y como se puso el partido el domingo, el míster, Adolfo Senso, no le dio minutos. Por eso, mientras espera un rival -que todo hace indicar que será un equipo de Primera División-, espera poder participar en la próxima eliminatoria. “Debutar en Copa del Rey me haría mucha ilusión. Ojalá pueda decir que he jugado contra un Primera oficialmente”. Sevilla, Real Sociedad, Celta, Osasuna, Mallorca, Elche, Valladolid, Villarreal, Espanyol, Atlético de Madrid o Athletic Club ya esperan en el bombo.
El sorteo de la segunda ronda de la Copa del Rey se celebrará este miércoles a partir de las 17:00 horas, todavía sin los equipos de la Supercopa de España: Real Madrid, FC Barcelona, Real Betis y Valencia CF. A todos los supervivientes de la primera ronda se les unirá el Racing de Santander, exento hasta ahora al ser el vigente campeón de 1ª RFEF.
Mientras tanto, volviendo a su realidad, el Diocesano recibirá este fin de semana al Unión Adarve y ahí sí que aparece la obligación de ganar para salir de los puestos de descenso. En lo personal, Cabellud no se queja, pues está teniendo mucha más participación que en el Tudelano. Suma ocho partidos disputados, un gol y cinco titularidades. “Ahora estamos abajo en la tabla pero todo está muy apretado. Hemos tenido una racha negativa pero en cuanto cambiemos la dinámica saldremos de ahí y nos situaremos en la zona donde puedes vivir tranquilo: en mitad de tabla. Espero que este partido nos haya hecho cambiar el chip y podamos puntuar en liga, que es lo que realmente importa”.
No es complicado para el joven estar a 700 kilómetros de su tierra, su Huesca natal. Antes ya vistió los colores del Villanovense, un equipo de Badajoz. “Ya estoy medio acostumbrado porque también estuve en Cantabria y me suelo mover mucho. Tampoco me cuesta mucho, se me da bien adaptarme rápido y eso también me ha ayudado a asentarme en los sitios y poder hacer buenos años”.
De momento tiene contrato hasta julio de 2023 con el Diocesano, un equipo colegial fundado por el obispo de Cáceres. Cabellud lo define como un club “familiar” donde la gente que trabaja para él; “su presidente, los entrenadores, el cuerpo técnico, todo lo que conforma el Club Deportivo Diocesano son de aquí, de toda la vida. Han estudiado juntos… Es un club muy cercano. Este año se les ha presentado la sorpresa de estar en 2ª RFEF y con la ilusión de seguir creciendo. Entrenamos por las mañanas con todas las condiciones que se reúnen para empezar a convertir al Diocesano en un club profesional”.
Adolfo Senso está cumpliendo su cuarta temporada al frente del banquillo colegial. El club ha mantenido su política de fichajes: jugadores jóvenes que sean capaces de revalorizarse y que ello haga crecer a la entidad. “Estamos contentos con el míster y con la esperanza de quedar lo más arriba posible”, subraya.
Siempre que puede confiesa que le echa un ojo a los equipos aragoneses porque, aún estando a tantos kilómetros, se fija sobre todo en la 2ª RFEF, “con el Ebro, Deportivo Aragón y demás… Están en un grupo bastante difícil con la zona de Cataluña y Baleares”. Y en medio de todo ello, ¿se ha planteado volver a su tierra? “Sí, pero creo que eso es cuestión de ver qué surge. De las ofertas, de lo deportivo, sobre todo. Nunca se sabe, si hay alguna oferta atractiva que me interese, lo suyo sería volver. Por ahora, mi intención es vivir experiencias, salir de la zona de confort e intentar crecer para tener una buena carrera”.
Tan solo el tiempo lo dirá, pero de momento sigue labrando su futuro a base de minutos. Es ambicioso y no rehuye en “tener más participación, pero para eso hay que ponerse el mono de trabajo y ganarse la confianza del míster al máximo. Los goles, los minutos y las asistencias son los que al fin y al cabo te llevan a un sitio o a otro”. Mientras tanto, Cabellud y su Diocesano ya esperan la bolita del sorteo de la que solo puede salir la palabra “ilusión”.