No ha sido un partido más. Lo que bien empieza, bien acaba. Así nos hemos sentido la familia de Alzheimer Huesca. Nuestra presidenta Irene y la vicepresidenta Myriam representando tan bien en el palco y trayendo ese puntito de suerte para disfrute de todos. Nuestros soberbios doce voluntarios que han portado las huchas de Julio Luzán y han vendido lotería en todas las puertas. El momento emocional de los jugadores portando la pancarta del Día Mundial del Alzheimer. En sus fornidos brazos, radica la responsabilidad de ayudar a la preservación de los recuerdos, al cuidado de nuestros mayores y a la admiración a los trabajadores. Merece la pena ser socio o socia de una causa que un día u otro beneficiará a uno de los nuestros -familiares o allegados- o a nosotros mismos. Todos tenemos boletos.
Por estas razones, no podemos más que dar infinitas gracias al club desde su presidente y su consejero-delegado, Agustín y Ricardo y a Javier Cruz, y muy especialmente a nuestros interlocutores que tanto nos han ayudado en nuestras imperfecciones para que sonaran fuertes los mensajes. Gracias a Maite, a Jara y a Joaquín por su infinita paciencia. Así es más fácil entender la que tienen, aderezadas con la responsabilidad, las cuidadoras y las trabajadoras sociales, las terapeutas y todo el equipo.
En el fondo, un club es mucho más líder cuando sabe identificar lo realmente importante. Cuando abraza las mejores razones de ser, como Alzheimer Huesca. Nuestra casa social tiene analogías con el equipo de Hidalgo. Los hay que detienen los ataques con guantes fuertes. Los que defienden la posición ante las barreras de la incomprensión. Los que dirigen con firmeza y con esa sutileza que es necesaria para avanzar. Y los que están en vanguardia para abrir camino. Así llegan los goles, así, tras sudar y correr mucho, el liderazgo. Hoy el Huesca duerme líder en la tabla clasificatoria. Y reposa con la admiración de toda la casa de Alzheimer Huesca. Gracias por tanto. Sois, en verdad, campeones dentro de la circulación de nuestros corazones.
En tiempos turbulentos, necesitábamos este aire fresco. El de los goles de Óscar, de Patrick y de Kortajarena y ese aplauso maravilloso en el arranque. Se ha quedado una noche estupenda. Y es que el Huesca, en su dimensión humana, es más que un club. Es el fluido de la ciudad y la provincia.