Tarde de puro baloncesto la vivida hoy en el Palacio de los Deportes. Precioso ha sido el homenaje rendido a las leyendas del Club. Sabor a otra época en la que los más jóvenes hemos podido conocer a los ídolos de nuestros padres.
Pero, una vez finalizado el homenaje, vuelta a la realidad. Una realidad que dista mucho de lo que se vivía en esta ciudad hace décadas. La realidad es que se pierde un nuevo partido en la LEB Plata, y la sensación que deja a los 4.000 aficionados congregados en el Palacio es de que es muy difícil hacer más con menos.
El rival hoy era el Fibwi Palma. Simplemente con ver las ruedas de calentamiento se vislumbra quien es el favorito al encuentro. Por lado de los peñistas, 9 hombres del primer equipo. Por lado visitante, hasta 12. La diferencia física entre unos y otros, notable.
Diferencia física que se ha hecho notar, y mucho, en la primera parte. Suskavcevik era un coloso. Inabarcable. Imposible de parar en acciones debajo del aro, anotando rodeado de rivales una y otra vez. No hay respuestas en la plantilla para defender a un pívot de la categoría. A pesar de su dominio, los de Cerdán sobrevivían en el primer cuarto gracias a un gran acierto exterior (18-22).
Pero, en el segundo cuarto y con la segunda unidad en pista, este acierto se esfumaba, y Palma ha sacado brillo a sus jugadores de banquillo que no paraban de anotar de tres. Al descanso 35-51 y la sensación de que del lado balear había muchos más soldados preparados para la batalla.
En la segunda mitad, el equipo se lo ha creido. Donde no llegaban los mimbres, llegaban las ganas. Derroche de energía de todos y cada uno de los jugadores peñistas hoy, a los que poco se les puede reprochar. Lo han dado todo.
Con Suskavcevic en el banquillo, los verdes han aprovechado para meterse en el encuentro y llegar con vida al último cuarto, sostenidos en ataque por un Odom estelar (23 puntos), y por un Jorge Lafuente al que solo le falta coger la mopa y ponerse a limpiar el parqué (11 puntos, 13 rebotes, 8 asistencias y 2 recuperaciones).
59-66 arrancaban los últimos 10 minutos, y el Palma ha tirado de temple para no ver peligrar la victoria. Ayuda, y mucho tener 10 jugadores en pista que aporten durante más de 10 minutos. Por parte de los locales, solo 7 jugadores lo han hecho. Pero es que no hay más.
Cuando más apretaba el equipo, y más animaba el Palacio, aparecía o Suskavcevic, o Zengotitabengoa, o Font, o Kovacevic, o Tamba para devolver la ventaja por encima de los 10 puntos y pasar un final de partido plácido. El Lobe Huesca la Magia ha caído con honor (75-83) y ni un reproche a ninguno de los jugadores que han defendido hoy nuestros colores y nuestro escudo.
Hoy hace 18 días que se despidió Lucas N'Guessan, máximo anotador del equipo y faro interior del equipo hasta su adiós. 18 días después seguimos sin sustituto. Al menos sin sustituto que pueda jugar, porque Ndondo hoy no ha podido saltar al parquet por problemas burocráticos. Lo único que le hace falta al equipo es que, si hay algún fichaje más, que los tendrá que haber, se acierte y no se traiga al primero que pase. Sino, tal vez la categoría de bronce del baloncesto español, nos quede grande a un equipo y a una ciudad que hoy ha rendido homenaje a tiempos de oro.
Cinco inicial: Rubín de Celis 9, Adom 23, Baltasar 8, Lafuente 11 y Stosic 10. Después, García 10, Yarnoz 4, Rodríguez y Vukcevic