Miguel Avellanas se recupera en el Hospital San Jorge de Huesca de un pequeño ictus que sufrió el pasado domingo, en el transcurso del encuentro que disputó el equipo azulgrana con el Burgos, mientras asistía como espectador desde el asiento al que habitualmente acude a presenciar los partidos en el palco de El Alcoraz.
Fue atendido con celeridad gracias a que el ex presidente Agustín Lasaosa se encontraba en una ubicación muy próxima a él y también por la rápida gestión de Pedro Gracia, jefe de seguridad, y los servicios sanitarios que acudieron en su auxilio y que, tras una primera atención en el mismo palco y después en las dependencias del estadio, fue evacuado hasta el centro hospitalario en ambulancia. También el presidente, Manolo Torres, se personó de inmediato al conocer la noticia, que pasó desapercibida para el resto de ocupantes de los asientos de esta zona de la tribuna de El Alcoraz.
Siempre he sostenido, y él también recuerda con cariño esta expresión cada vez que nos encontramos por la calle, que Miguel Avellanas fue la televisión que nunca tuvimos. Es inolvidable para los aficionados más veteranos la colección de imágenes que presentaba cada lunes del partido que el Huesca había jugado tanto en casa como fuera en el escaparate de la Farmacia Compairé, lugar en el que él trabajaba en el departamento de droguería.
Un recorrido, a través de sus imágenes, de parte de la historia del club. En concreto desde 1960 hasta 1980, que fue el periodo en el que Avellanas ejerció como fotógrafo de la SD Huesca, para luego pasar a ser delegado del club. De las miles de fotografías que captó, se hizo una selección de unas 90 imágenes de las diferentes épocas desde el nacimiento del club.
De esta forma, el Huesca recordaba así su historia y rendía un gran y merecido homenaje a Avellanas, que se completó antes del encuentro con el FC Barcelona en su primera visita a El Alcoraz, con un reconocimiento público que en nombre de toda la afición le hicieron el entonces presidente Agustín Lasaosa y el capitán Juanjo Camacho.
Los aficionados pudieron ver fotos de equipos en diferentes momentos y estadios (el viejo San Mamés o el Manzanares), de retratos de jugadores que han hecho historia, de esos banquillos en los que durante más de medio siglo Avellanas compartió “amistad y emociones”, de la Copa de España de Aficionados que levantó Luis Ausaberri y hasta una recreación del escaparate de Compairé, que cada lunes se convertía en aquella televisión que no teníamos en la que había hasta codazos por ver las fotos del partido y sus protagonistas.
El comisario de aquella muestra, José Alberto Andrés, puso en valor la calidad del trabajo que desplegó como cronista gráfico Miguel Avellanas. “La construcción de El Alcoraz, la consecución de la Copa aficionados, los distintos vaivenes que tuvo la SD Huesca y la propia consolidación en Segunda B. Y muchas personas que formaron y forman parte de este club y que están casi todos en este pequeño homenaje. Quiero destacar también el virtuosismo de Miguel Avellanas como fotógrafo, como artista y como narrador de deporte y amante del fútbol que es”, afirmó Andrés, que es quien se ha ocupado de recopilar todo el material destinado al museo que quiere abrir el Huesca en El Alcoraz y que parece haberse frenado o al menos desde hace tiempo no se tienen noticias de él.
Coincidiendo con aquella muestra es bueno recordar las palabras del entonces presidente azulgrana, Agustín Lasaosa, sobre la figura de Miguel Avellanas: “Estamos ante un grande de la historia del Huesca. Pero querría dar un pasito más. Es una exposición de fotografías, pero detrás de cada una de ellas, que tienen un valor incalculable, hay mucha historia. Están nuestros hijos, nuestros padres, nuestros abuelos, que algunos están y otros no, pero todos tienen la oportunidad de ver que existió el Huesca. En el club hemos recomendado a los entrenadores del fútbol base que vengan a verla para que se den cuenta de que el barro y la lluvia existieron. Ahora que a veces hasta nos quejamos de que el campo de césped está un poco mal o el artificial está seco. Que vean en qué condiciones se jugaba y lo importante que es eso. Para mí es un orgullo cortar esta cinta, sobre todo por Miguel, que es una grandísima persona, que se lo ha currado como nadie y se lo merecía”, declaró en la apertura de la exposición, que no era sino la milésima parte del “museo” que tiene en su casa con las miles de imágenes que recogió con maravillosa destreza en tiempos en los que ni por asomo se planteaba la fotografía digital. Un extraordinario tesoro que tiene que ser valorado en su justa medida.
“Es de ese tipo de personas inolvidables que siempre están a tu lado y que de forma desinteresada nos hacen grandes a los demás con su cariño, con su afecto y con todo lo que hacen”, observó Lasaosa cuando fue presentada la exposición al referirse a Miguel Avellanas.
Miguel Avellanas (Huesca, 1942) obtuvo el Premio Nacional de Fotografía Deportiva en 1975, así como la Medalla de Oro al Mérito Deportivo de la Federación Aragonesa de Fútbol, reconocimientos por su obra fotográfica a los que siguieron muchos otros, que culminaron en 2015 con el Premio de la Asociación de la Pr ponsa Deportiva de Huesca. En 1980 se incorporó como delegado y representante de la Sociedad Deportiva Huesca en una colaboración que nunca ha cesado.
Fue directivo con seis presidentes distintos: Joaquín Sarvisé, Giral, Orduna, Larrosa, Gavín, y con la Gestora que comandaba entre otros Carmelo Castanera. Más de 25 años consecutivos que dejaron paso a una corta etapa fuera del Huesca a pesar de que los siguientes presidentes, Javier Tebas y Jesús Viñuales, trataron a incorporarlo de nuevo. No seria hasta la llegada del tándem Petón-Lasaosa cuando volvía de nuevo a estar en el Huesca para desplazamientos y una labor interna en el campo del Alcoraz para aprovechar su gran experiencia y conocimiento con los directivos visitantes.
Entre sus dos etapas, al lado del Huesca como directivo cerca de 35 años, y su inicial como fotógrafo deportivo, es historia viva del club y de dedicación al futbol.
Como él dice siempre, “he tenido la suerte de conocer a cerca de 1.500 jugadores, con muchos de ellos tengo una gran amistad y a un gran número de entrenadores”.
Desde EL DIARIO DE HUESCA le deseamos una rápida y feliz recuperación y le trasladamos un enorme y cariñoso abrazo. ¡Aúpa Miguel!