Miren ese marcador: a mí me gusta la fruta

Esta noche en Huesca haremos lo que nos plazca, porque mola, ¿qué pacha?

18 de Noviembre de 2023
Marcador final del Zaragoza Huesca, ¿a que mola?

Lanzar melones y devolver balones, disparar con insultos y replicar con rosas, lanzar huevos y responder con goles. El recibimiento al Huesca ha constatado que en la ciudad-Estado, por propia proyección aritmética, hay bastantes más energúmenos que en la capital histórica, probablemente en proporción de 14 a 1, que viene a ser la demográfica. Lo que sucede es que, cuando el Zaragoza viene a Huesca, como no hay tanta masa, pocos son los que se pueden esconder para el vandalismo oral. Que, ojo, haberlos, haylos. Claro, tanto acá como aculla, son minoría, pero esa minoría eran muchos esta tarde.

El Huesca ha respondido a lo Ayuso, y Jorge Pulido también. ¿Qué le llaman mongolo? Pues él entiende "que molo". Si le gritan HDP, contesta que claro que le gusta la fruta. Y cuando el macarra Maikel Mesa ha querido tirar de populismo barato, el káiser le ha dicho: "¿Pero qué pacha?" Al final, lo que cuenta es la imagen que preside este artículo, y que el 0-2 es una posibilidad porque el fútbol es ese deporte en el que saltan once contra once y ya no ganan siempre los alemanes. Ahora, incluso la humildad puede con una cierta soberbia. Y una cura siempre ayuda a mejorar, no necesariamente expulsando a un tipo correcto como es Escribá, pero cada cual en su casa que haga lo que quiera. Sabe más el loco en la casa propia que el cuerdo en la ajena.

Lo que es evidente es que Hidalgo le ha dado otro tono a este equipo, que es capaz de sacar jugo y juego a futbolistas que antaño eran zombis y hogaño demuestran que tenían en sus botas algo más que un pie torcido incapaz de nada fructífero. Que ahora, después de casi dos años (me remonto a Xisco), se sale a ganar los partidos. Y a eso se le llama actitud. Es la que ha inyectado el entrenador catalán para sacar del féretro a los Gerard Valentín, Joaquín Muñoz, Juanjo Nieto, Óscar Sielva o Samu Obeng. Jóvenes que, como corresponde a su condición, salen a disfrutar manejando el esférico con una pericia que nos hace disfrutar a muchos. ¿Que no son como para jugar en el Manchester City? Claro, pero tampoco para arrastrarse sin timón ni rumbo. Esta no es noche de ánimas, sino de ánimos.

Ese electrónico es oro puro, bálsamo para nuestros alicaídos espíritus. En los últimos cuatro partidos, 8 de 12 puntos que me reafirman en una opinión que sostenía desde el final de la pasada campaña. Pero agua pasada no mueve molino. Esta noche ceno fruta porque mola, pero también brindaré con un buen vino, que es uva. ¿Qué pacha? ¿A que mola?

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