El Huesca Femenino recibió el pasado domingo un gol y eso es noticia. 35 tantos a favor y uno en contra es ahora el balance. Las azulgranas, que comandan con puño de hierro la clasificación de la Primera Nacional, empataron a uno en su visita al Fontsanta-Fatjó barcelonés. Ese ha sido el primer tropiezo de la temporada. Su guardameta y una de las capitanas del equipo, Nuria Rodríguez, subraya sabedora que era un campo "bastante difícil porque las dimensiones son pequeñas; sabíamos lo que nos iban a ofrecer".
Es un punto que sirve para seguir líder. "Es lo que le dije a mis compañeras al acabar: no es una derrota, aunque nos sentó como tal. Sabíamos que no lo hacíamos heecho como lo teníamos que hacer. Es aprender y seguir. Al final seguimos ahí arriba, o sea que hay que mirar el lado positivo". Aún así, reconoce, "no fue nuestro mejor partido, ni mucho menos". Faltó "intensidad" en las filas azulgranas y "cuando bajas un poco el pistón en esta categoría pasa lo que pasa". En la segunda, el equipo reaccionó y tuvo ocasiones suficientes como para llevarse la victoria.
Hasta el domingo, habían sido siete jornadas consecutivas sin recibir gol. Casi nada. "Lo de la portería a cero sabemos que es importante, pero si te digo la verdad no le dí mucha importancia al gol como tal. Lo que hice fue coger el balón y decirle a todas que era un gol y que había que remontar el partido".
Nuria empezó en Bardenas, su pueblo, con su padre de entrenador. Cuando pudo jugar con chicas se marchó al Ejea hasta cumplir la mayoría de edad. Recibió la llamada de Osasuna, pasó por Zaragoza, Alicante, Oviedo antes de recalar en el Huesca. Por si fuera poco, vivió convocatorias con la Selección Española y Aragonesa: "he visitado muchas ciudad. Mis padres llevan una paliza de llevarme a tantos sitios", explica agradecida. En concreto, su padre es "un fanático del fútbol y mi madre igual. Me han llevado y seguido a todos los sitios. Hay mucho esfuerzo detrás".
Volviendo a su temporada, "no puedo pedir más". En lo personal se muestra "muy contenta porque los minutos te van dando confianza". El cuerpo técnico está confiando en sus características y eso "te hace estar más segura. Vamos aprendiendo un poco de todas". Los números son envidiables: 35 tantos a favor y solo uno en contra. Eso les hace marchar líderes. "El arranque ha sido muy bueno. Es lo que te hace estar arriba también. Si empatas a puntos, los goles a favor se tienen en cuenta. Creo que es un factor importante".
Arriba cuentan con mucha dinamita. "Tenemos jugadoras que perdonan poco y que nos dan mucho. Pero no es arriba solo, sino que tenemos un equipo bastante completo en todas las líneas y, al final, también hace más fácil estar arriba". Su potencial se pondrá a examen este próximo sábado cuando reciban al Seagull, el segundo clasificado: "Lo afrontamos con ganas, sobre todo por cómo acabamos el partido el otro día, que fue con rabia e impotencia. Al final, sea el Seagull u otro equipo, este sábado saldríamos igual, con las mismas ganas. Es un partido importante".
No se esconde. El objetivo es el ascenso. Esta es la cuarta temporada que juega en categoría nacional y "ya nos hemos asentado". Nuria sabe que el Huesca Femenino "tiene que dar un paso adelante y así nos lo han transmitido. Nos han dado la confianza y los medios. Es difícil porque solo sube el primero y estamos en uno de los grupos más difíciles de la categoría". Hablando de la categoría, confiesa que uno de los equipos que más le ha llamado la atención es el Villarreal B. Por todos es sabido la calidad de la cantera grogueta. "Aunque fue un resultado abultado, estuvimos muy acertadas de cara a puerta y fue lo que hizo ganar por tanta diferencia. Me gustó bastante ese equipo".
Sea el Villarreal o cualquier otro equipo potente catalán, tanto Nuria como sus compañeras de portería están en buenas manos. David Sampietro es el preparador de porteras y la jugadora lo define como "un loco de la potería". Confiesa que no solo se trata de parar, sino que "este año estamos trabajando cosas en cuanto a posicionamiento y juego con los pies". Ambos tuvieron una charla al inicio de temporada y allí le confesaba que, cuando llegó el primer año a Huesca, su labor "consistía en parar porque nos generaban mucho". Este año, señala, "somos como una jugadora más y con David lo estamos puliendo bastante".
Por el momento, su trabajo le permite compaginar a la perfección trabajo y fútbol, pero el sacrificio y el esfuerzo es innegociable en una categoría así. "El domingo llegamos de jugar a las 12 de la noche y a las 8 del día siguiente tenía que estar en la oficina. Pero como dice mi abuela: sarna con gusto no pica".