Pasadas las once de la mañana han culminado con éxito su participación en la París-Brest-París cinco de los siete cicloturistas altoaragoneses que habían tomado la salida en la tarde del pasado domingo. Un trayecto de 1.230 kilómetros que debían realizar en un tiempo máximo de 90 horas. No pudieron finalizar Anselmo Mur y José Luis Lera. Sí han tenido su “final feliz” el repóker formado por Miguel Ramón, Víctor Recaj, Javier Escario, Daniel Chaverri y Silvia Ferrer, todos ellos del Club Ciclista Oscense-Huesca La Magia y en el caso de Silvia convirtiéndose en la primera oscense y aragonesa en realizar la prueba tras dos tentativas anteriores a cargo de Carmen Pérez Fajardo.
Víctor Recaj ha sido el más rápido en completar el recorrido, 70 horas 15 minutos y 54 segundos. Después ha sido Daniel Chaverri (76h 27min 13sg). Y casi al mismo tiempo han ido entrando Javier Escar (86h 26min 44sg), Miguel Ramón (86h 54min 01sg) y Silvia Ferrer (87h 24min 23sg).
Pero todos coincidían en mostrar su satisfacción “por haber acabado, que era el objetivo”. Miguel Ramón ha cubierto su décima participación en la prueba cicloturista de larga distancia de mayor repercusión internacional. Desde que se estrenó en 1989 ha encadenado una “década prodigiosa” de esta prueba que se celebra cada cuatro años. Es el segundo español que más veces la ha realizado y se pone a tiro de piedra de Francesc Porta, que tiene once. Y se cuela entre los diez-doce únicos ciclistas del mundo que más ediciones llevan en sus piernas. Este año se han cumplido 40 años de participación consecutiva del Club Ciclista Oscense desde que Sigfredo Arrieta la hiciera por primera vez en 1983. Se espera que la veintena larga de altoaragoneses que la han realizado en estas cuatro décadas puedan conmemorarlo como merece.
“Me he visto fuera de tiempo en muchos controles. He dormido cuando no era el momento y el recorrido es muy duro, con toboganes larguísimos, de tres, cuatro y cinco kilómetros. Haber hecho ya diez ediciones de esta prueba es una sensación especial, pero todas te traen muchos recuerdos y muy chulos. Acabo muy satisfecho y también con momentos muy duros mentalmente. Cuando vas bajo de reflejos, tienes que tomar decisiones y es difícil”, señala Miguel Ramón.
El veterano ciclista, con 63 años, tiene claro lo que puede suceder en una hipotética próxima participación, dentro de cuatro años, cuando ya esté jubilado. “No la haré sin llevar apoyo porque es un sacrificio enorme tener que llevar una carga extra de material de seis o siete kilos que pesan una barbaridad. Si vuelvo, será con apoyo. Si lo hay se puede disfrutar y aquí vienes a disfrutar. Porque el recorrido en general es asequible”.
Admite que por momentos “se me ha quedado muy cruzada” y no digamos al final, que ha sido de “mucha intriga” porque olvidó el casco (de uso obligatorio, lo mismo que las luces) en el último control y tuvo que improvisar uno de forma artesanal, casi primitiva, para evitar la descalificación y llegar a meta. Con suspense, eso sí.
JAVIER ESCARIO, PRIMERIZO
Se estrenaba Javier Escario, que ha contado con Pepe Herrera, el mismo apoyo que ha llevado Silvia Ferrer, con la que ha hecho la prueba a la par. “No me noto agujetas”, decía con satisfacción. “Me ha gustado”, añadía, y pensaba en la necesidad, ante futuras experiencias similares, de “llevar más luz por delante porque había tramos de carretera que no estaban marcados y era peligroso.
Se queda también con la satisfacción de haber vivido una aventura única y fascinante. “Es maravilloso el trato que recibes de toda la gente y de los sitios por los que pasan, todo lo que te ofrecen y las manos que te tienden. Y el respeto que le tienen al ciclista todo el mundo cuando estás en la carretera”.