“Que sepan todos que estamos trabajando duro y que vamos a darlo todo por sacar esto adelante. La victoria de Amorebieta fue muy importante en el vestuario y eso nos da confianza para creer”. Lo ha dicho Miguel Loureiro, el mejor fichaje del Huesca en la presente campaña, como epílogo a la charla-coloquio organizada por la peña Fenómenos Oscenses. Una “tarde de laterales” que, además del presente azulgrana, ha contado con jugadores que marcaron época: Luis Ausaberri, Víctor Orúe, Julián Corvinos y Manolo Pastor. Como moderador-conductor, nuestro compañero José Mari Pardina, colaborador de EL DIARIO DE HUESCA, también ha impartido su magisterio. El encuentro, como ha sido habitual en años anteriores, ha llenado la sala Bendita Ruina en el marco de las fiestas del barrio de San Martín.
Daría para escribir un libro con el relato de los protagonistas, salpicado con numerosas anécdotas de sus vivencias en el Huesca. Como decía Pardina al inicio, “hay mucha historia en la mesa, pero también detrás”, en alusión a la cantidad de veteranos aficionados que han vivido, sufrido y gozado de todos los colores y durante muchísimos años.
Cuando se ha puesto sobre el tapete la evolución del fútbol, Julián Corvinos ha sido el primero en terciar. “Fútbol solo hay uno, que es meter goles. Esa es la esencia del fútbol”. Y del mismo parecer era Loureiro al coincidir que “la esencia sigue siendo la misma, a nivel físico se va evolucionando y también hay más recursos e infraestructuras”.
Luis Ausaberri, que cuando llegó al Huesca empezó a jugar en el campo de tierra de San Jorge, ha destacado el ambiente que se vivía, “nos parecía el Nou Camp”, y con el paso del tiempo “es una gozada ver ahora El Alcoraz, como lo fue cuando se hizo”. Pero el que fuera gran capitán azulgrana ha dicho también que “el fútbol es once contra once”. Ha fijado su atención en la cantidad de medios humanos y tecnológicos que tienen ahora a su disposición los entrenadores y los futbolistas. “La táctica se trabaja mucho en los entrenamientos y si quieren que los chavales aprendan, deben trabajar allí. Los niños son una esponja y lo captan rápido”, ha afirmado.
Víctor Orúe, formado en la cantera de la Real Sociedad, se encontró con cambio radical cuando llegó a Huesca. “Allí la preparación física era muy importante y se educaba mucho en la disciplina y en el trabajo porque todos los equipos base teníamos que jugar con el mismo sistema del primer equipo”, ha recordado. Por eso, ha indicado, “noté muchísimo el cambio del entrenamiento. Teníamos a Boronat -que fue jugador de la Real- como preparador físico y en Huesca estaba Juan Mari Lasa, de la antigua escuela”.
Todos han lamentado que aquel talento innato que salía de la espontaneidad o improvisación del fútbol callejero está ausente hoy en día. “Ahora no se ve jugar en la calle y ese talento natural de los chavales se ha perdido un poco”, ha apostillado Loureiro.
La misión del entrenador, ha dicho Luis Ausaberri, es “sacar el máximo rendimiento a la plantilla que tiene, ese es el mérito del entrenador”.
Y al hilo de esto, Julián Corvinos ha terciado para considerar “fundamental la confianza del entrenador”.

Confianza. Palabra mágica para que todo trabajo salga adelante con éxito. “Hoy en día las diferencias entre categorías son muy pequeñas. Todo es cuestión de confianza. Cuando tú crees en lo que haces y en el equipo, las cosas salen. Lo mismo sucede cuando en el campo todos estamos juntos, apoyándonos unos a otros. Lo que más daño puede hacer es la duda, porque de ahí sale el miedo a fallar y una menor convicción”, ha comentado Loureiro.
El mismo Ausaberri ha recordado que cuando tenían partidos contra rivales superiores, por ejemplo los duelos con el Zaragoza, por amistosos que fueran, les decía a sus jugadores que “si no tenemos fe en nosotros, para qué vamos a salir”. Y ha recordado un par de anécdotas, una más bien amarga en el Oviedo cuando el entrenador le dijo que no lo sacaba porque jugaba demasiado bien para ser defensa y otra, ya en el Huesca, con un viejo zorro como Lelé, que le dijo “eres el mejor lateral de España… pero atacando”.
Una confianza en sí mismo que nunca perdió Víctor Orúe. Ha recordado la llegada de Rafa Teresa al banquillo con ocho jugadores del Aragón que le dejaron en el banquillo las diez primeras jornadas. Cuando lo cesaron, le pidió perdón por no haberle dado la oportunidad. Ausaberri, que estuvo de transición cinco partidos, no dudó en el donostiarra, al que le dio una titularidad que luego mantuvo con Luis Costa. “No dejé de entrenar, os aseguro que aún entrenaba más, porque tenía plena confianza en mí mismo”.
Corvinos ha rematado este apartado de la conversación: “Cuando pierdes la confianza, es imposible dar un pase de aquí para allá. Llega la presión y hay partidos en los que te ves ofuscado, que no te sale nada”.
El de Lalueza ha puesto en valor el crecimiento que ha experimentado el Huesca en esta última década y media con su asentamiento en el fútbol profesional, lo cual también ha permitido “que todos los que hemos pasado por el Huesca nos hayamos revalorizado”. “El cambio -ha añadido Corvinos- ha sido brutal. Era impensable subir a Primera División y tener el campo y las infraestructuras que tiene el club. La gente que lo hemos vivido lo tenemos que valorar”.
Más de lo mismo por parte de Luis Ausaberri, que ha pisado los escenarios del Huesca desde su renacimiento en el 60. “El campo es ahora una pequeña bombonera. Siempre digo que hay que evolucionar, pero para mejor. Y lo que tenemos ahora es una gozada. Lo principal es salvar la temporada, vivir las cosas con realidad y trabajar”.
Loureiro ha aportado su visión del Huesca antes de llegar al club oscense. “Todo este tiempo he admirado al Huesca como club. Dos ascensos a Primera División le han permitido crecer muchísimo. Hay un estadio muy bonito y una ciudad deportiva que disfrutamos todos los días. Es lo que queda de los éxitos deportivos. Ese sentimiento en la ciudad y ese amor por el club es muy a valorar y los que venimos de fuera lo hacemos”.
El VAR también ha sido objeto de debate. Y en general las opiniones han sido coincidentes. “Ayuda en muchas jugadas, pero a veces no sabes qué pensar”, ha apuntado Ausaberri. “Nos dan charlas antes de empezar la liga, pero en la primera o segunda jornada ya se ven otros criterios y se desnaturaliza más”, ha observado Loureiro. “Es un buen invento, pero no se puede utilizar para todo. El fútbol tiene que ser más dinámico y a cámara lenta se desvirtúa. Tiene que servir para cosas muy concretas, definidas y claras”, ha comentado Corvinos. Por su parte, Orúe ha admitido que “arbitrar es muy complicado y cada vez los futbolistas intentan engañar más. Habría que darle una vuelta y limitar las acciones del VAR”.
Avanzada la charla, por motivos familiares no ha podido hacerlo antes, se ha incorporado Manolo Pastor, que ha hecho un llamamiento a la unidad. “La afición, el equipo y la directiva tienen que ir juntos. Así es como se puede salir de una situación delicada. Si cada uno va por un lado, es muy difícil salir. Va a ser complicado pero la unión es la mejor manera de encontrar una dinámica positiva”.
Una de las grandes diferencias del fútbol de antes al actual está en los recursos tecnológicos. “Antes había mucha familiaridad en el vestuario. No teníamos video, pero siempre analizábamos lo que habíamos hecho bien y mal. Ahora los jugadores y entrenadores tienen una cantidad de instrumentos que benefician una barbaridad. Si luego juegas con las prisas y la necesidad…”, ha concluido Ausaberri.