El pasado domingo, cambio radical sobre lo previsto en el programa, de ir al pico Batallaince en Bielsa, a desarrollar la actividad en las inmediaciones de Lecina, que era donde menos lluvia podíamos tener. Dos rutas diferentes partiendo de Lecina y con final en Alquézar no muy larga puesto que dan lluvia abundante sobre las 13 horas. A destacar que a pesar del mal tiempo nos juntamos 82 montañeros.
Los autobuses nos dejaron en el aparcamiento del camping de Lecina, donde partimos todos camino de Lecina, para visitar la carrasca milenaria, después continuamos la ruta, y nos dirigimos por un antiguo camino de herradura, en dirección hacia el río Vero.
Hay un cartel que nos indica la ruta. Pasamos por la fuente Lecina y llegamos a un puente sobre el río Vero, cruzamos el puente dirección Alquezar, por senda bien marcada en claro ascenso, atravesamos una zona quemada ya hace un tiempo, que nos deja en el mirador del vero junto a la carretera. Desde aquí podemos ver el barranco de Basender, el barranco de la Choca, quizás algún buitre…
Desde aquí nos dirigimos hacia las pinturas de Mallata, unos diez minutos ascendiendo por una pista ancha y muy marcada, que nos lleva a un cruce donde los guías de las pinturas rupestres tienen su punto de encuentro. Aquí nos desviamos para ver los abrigos y las pinturas, regresamos al punto informativo para dar cuenta del bocadillo. Siguiendo por este camino, llegaremos a las ruinas de la ermita de San Caprasio, donde está el desvío que tomaremos, este nos baja hacia un nuevo valle, la roca cambia a conglomerado.
Continuamos la senda cada vez más rápido, parece que la lluvia nos pisa los talones, llegamos al cartel que nos indica el desvío a los abrigos de Arpan, donde contemplaremos otras pinturas rupestres. Retomamos de nuevo el camino en claro descenso dirigiéndonos a la fuente y Cueva del Trucho, en esta nos vemos ninguna pintura, desde la verja solamente una incipiente excavación tapada con plásticos. Un pequeño descanso antes de una buena subida, hasta un collado donde pasaremos a otro barranco, el Lumos.
Continuamos por la derecha, parte superior, al puente de Villacantal, otra de las joyas de este camino. Antes de llegar al puente habremos pasado por el cruce que sube a Asque, justo en el fondo del barranco, zona a tener en cuenta ya que se trata de una zona, fácilmente inundable en época de lluvias. Por fin llegamos al puente de Villacantal, sobre el rio vero, parada obligatoria para comer, donde disfrutamos de lo lindo del lugar, decir que muchos de ellos no pudieron resistir la tentación de bañarse. Alquezar queda cerca ya, pero la subida al collado de San Lucas, en principio impone, en unos 20 minutos, nos plantamos en el collado. Desde aquí, nos queda una buena bajada hasta Alquézar, donde nos esperan los autobuses, y rapiditos, que ahora sí que llueve.
El grupo de adultos completaron el tramo de las escaleretas, tomaron la dirección a Barfaluy. Tras cinco minutos desde el inicio, alcanzamos la Fuente de Fuendiós. Al llegar a un nuevo desvío, continuamos a nuestra izquierda el camino señalizado como "Ermita de San Martín" y "Ruta de Las Escaleretas" y seguimos por el camino, para llegar a lecina superior, la derecha hacia Barfaluy.
Tras 45 minutos de camino, y por sorpresa, se descubre ante nosotros un grandioso paisaje. Por fin hemos llegado a los farallones rocosos del Barranco de la Choca, principal afluente del río Vero. Se inicia allí el tramo equipado de Las Escaleretas, que trepa por las paredes uniendo los abrigos con pinturas rupestres de Gallinero, Las Escaleretas y Lecina Superior. Se trata del tramo más espectacular de la ruta a la vez que expuesto, por lo que se tiene que poner especial cuidado al caminar, por lo aéreo del recorrido. Más si cabe al hacerlo en descenso.
Entre paredes de roca y tras vadear el río Vero en dos ocasiones, la ruta abandona el camino que lleva a la cercana ermita rupestre de San Martín, visitando las ruinas del molino de Lecina y llegar al puente que enlaza con la misma ruta que el resto de grupos a Alquézar.