Rafa Sanz, técnico de Lobe Huesca La Magia, se iba con un regusto dulce pese a la esperada derrota de su equipo ante Tizona Burgos.
"Ha sido un partido bueno en el que hemos podido demostrarnos a nosotros mismos que, cuando juega al cien por cien de sus posibilidades, puede competir contra cualquiera. Hemos tenido una actuación más que digna contra un equipo que tiene un ritmo de juego altísimo. Hemos tenido intensidad y, por momentos, incluso hemos pasado bien el balón encontrando buen tiro. Nos ha costado frenar la velocidad de los pívots de ellos, que nos han hecho mucho daño, pero en líneas generales ha sido una noche positiva para nosotros", analizaba.
La gente de Huesca -recordaba- "sabe que soy el único que valora la Copa. La veo muy positiva porque nuestros jugadores, en Segunda FEB, juegan muy pocos partidos. Ojalá jugásemos un partido como este cada dos semanas. Esto es lo que le hace falta a los jugadores: jugar, equivocarse, aprender... no hay un entrenamiento que se asemeje a esto. Tenemos que seguir en esta línea".
Sin duda, la gran actuación individual de Guillem Vázquez fue una de las notas más positivas en el bando peñista: "El otro día salió con muchos nervios, pero para eso sirve lo de hoy, que ha dado un paso adelante. Tenemos que aprender de los mejores y el Tizona va creciendo día a día".