Una remontada en 5 minutos y un VAR de juguete dejan al Huesca con cara de tonto

El Eibar le quita al conjunto oscense tres puntos de la mano

Periodista
04 de Diciembre de 2022
Corpas engaña a Andrés, el portero del Huesca, desde el punto de penalti y hace el empate. Foto: LaLiga

Ficha técnica

SD Eibar: Zidane; Tejero, Berrocal, Chema, Ríos Reina; Álvarez, Matheus, Rahmani, Javi Muñoz, Stoichkov y Bautista.

SD Huesca: Andrés; Ratiu, Pulido, Rubén, Florian; Soko, Salvador, Timor, Mateu, Carrillo y Escriche.

Árbitro: Milla Alvéndiz. Amonestó con tarjeta amarilla a Chema, Berrocal, Álvarez, Nolaskoain y Zidane por el Eibar y a Rubén, Valentín y Kevin Carlos por el Huesca.

Goles: 0-1, minuto 34: Escriche. 1-1, minuto 87: Corpas, de penalti. 2-1, minuto 92: Rubén Pulido, en propia puerta.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 18 de la Liga Smartbank ante 5.084 espectadores en el estadio de Ipurúa.

Con cara de tonto. Así se quedó el Huesca al ver cómo se le escapaba lo que hubiese sido una victoria de mucho mérito en una fortaleza como es Ipurúa que sigue indestructible. Rubén Pulido fue el máximo protagonista: primero por cometer un penalti por mano y, segundo, por anotar un gol en propia puerta. Luego entra la lógica -ninguna en la tarde del domingo- por parte de los árbitros y su criterio por el que se señaló una mano que viene de un rebote en el muslo del propio defensor azulgrana. 

Lo cierto es que la primera parte del Huesca fue aseada y seria que se marchó con ventaja al descanso gracias al gol de Escriche. Aún con todo, el Eibar perdonó nada más arrancar el partido en una acción que terminó con un remate picado de Stoichkov que se marchó por encima del travesaño de Andrés. La jugada la hizo buena Rahmani con un control meticuloso. Descargó a banda para Tejero y el ex del Zaragoza puso un buen centro al segundo palo, donde esperaba el delantero, quien remató mal con la suela de su bota y el balón salió picado por encima del larguero.

Ambos centrales del Eibar se cargaron amarillas en el minuto 6 y por ahí se abrió un filón para los azulgranas. Al cuarto de hora avisó Soko con un remate en un córner que paró bien Zidane. Rebasada la media hora, el camerunés metió un pase en profundidad al interior del área y Escriche, con un buen desmarque, se lanzó al suelo para rematar y desviar lo justo la pelota. Imposible para el meta local.

En la segunda parte los azulgranas recularon y jugaron con el marcador hasta que les dejaron. El choque cogió tintes de Oviedo, por lo que había que sufrir primero para después ganar. Pero el desenlace fue demasiado cruel. Ziganda dio entrada a Kento, Kevin Carlos y Joaquín y sentó a Carrillo, Escriche y Mateu. Pobló el centro del campo con Kento-Timor como pivotes y con Salvador ejerciendo de media punta. El Eibar lo intentó a base de centros laterales y balones colgados al área, en un ejercicio casi de desesperación por derribar el muro azulgrana.

Y cuando parecía que el Huesca iba a lograr algo que nadie había hecho, los locales reclamaron un penalti por mano de Rubén. El disparo tocó primero en el muslo del defensor, donde el número del pantalón, y luego se fue a la mano. El VAR llamó a Milla Alvéndiz y el colegiado señaló penalti. Dejando a un lado la normativa, ¿qué sentido tiene que eso se sancione como penalti siendo que el rebote hace perder completamente la voluntad del defensor de tocar el balón con la mano? El sentido común en este tipo de acciones que se repiten cada semana en este deporte brilla por su ausencia. Corpas lanzó a la perfección, engañó a Andrés y puso el 1-1.

En el añadido -diez minutos de tiempo extra dio el árbitro, lo nunca visto- Rubén, otra vez él, peinó un balón en el primer palo que llegaba desde el córner y acabó anotando en propia puerta. Tarde para olvidar por dos jugadas puntuales en apenas cinco minutos que dejaron al Huesca con cara de tonto.

Etiquetas: