Tras el paréntesis veraniego la sección de senderismo Rutas por la Provincia inició sus actividades con un recorrido por el barranco de Estiviellas, que está situado enfrente de la Estación Internacional de Canfranc.
Una foto de la zona del año 1900 presenta un profundo barranco sin apenas vegetación. En la actualidad espesos bosques cubren toda la zona porque para preservar de aludes y trombas de agua la estación se construyeron numerosos muros y diques de hormigón y se plantaron con diversas especies de arbolado todas las laderas. De tan buenas praxis, tan buenos logros: “el Arboretum de Canfranc” unos de los mejores bosques de la provincia.
La senda se inicia junto a las piscinas municipales y sube siempre muy bien señalizada con suavidad, buen piso, (la diseñaron los trabajadores que subían a trabajar cada día), y atravesando frondosos bosques muy variados (pinos rojos, hayas, abetos, servales, avellanos y abedules) y en muy buen estado de conservación.
Tras superar la Fuente del Burro un indicador nos ofrece acceder al tercer mirador y tras cruzar el barranco por un grandioso dique comienza el descenso hacia Canfranc por el conocido “Segundo circuito de Estiviellas”. Este itinerario tomaron un grupo de senderistas.
El resto prosiguió su ascenso hacia la base de la cascada de la Cola de Caballo. Para superar el paredón que la conforma, la senda se aleja del barranco y realiza numerosas lazadas hasta entrar en un gran circo con magníficas panorámicas de todos los picos circundantes, desde La Raca y La Moleta a Collarada, y viendo muy al fondo la fantástica estación de Canfranc. Es la impresionante Olla de Estiviellas. Allí almorzamos.
Poco más arriba está la Fuente del Centenario. El descenso atraviesa numerosos diques de pequeñas dimensiones, algunos ya en mal estado, y penetra en un profundo abetal que nos lleva a los viveros de Secras. En este lugar se sembraban con semillas los pinos, hayas y abetos que luego se trasplantaban tanto a la ladera oeste, por la que circulamos, como a la este, la que queda a la espalda de la estación. Quedan pocos restos de las construcciones de la época.
Se prosigue el largo descenso de forma suave y por senda acolchada por hojarasca de hayas hasta encontrarse con las que proceden del segundo y primer circuito de Estiviellas y terminar en el paseo de los Ayerbe, justo detrás de la moderna iglesia del pueblo.
El grupo que optó por el itinerario del segundo circuito tras comprobar y vivir un rato la inusitada animación de la localidad, ya que durante todo el fin de semana se han venido celebrando pruebas internacionales de carreras por montaña, decidió continuar el paseo y siguiendo el Camino de Santiago bajaron hasta el pueblo de Canfranc. Allí, a las dos y media comimos en el refugio de Sargantana que amablemente pusieron a nuestra disposición.
Para el próximo domingo día 22 Turismo por el Alto Aragón ha programado una travesía que desde el Balneario de Panticosa nos lleve por el refugio e ibones de Bachimala a los impresionantes Ibones Azules.