Un día después de que las jugadoras del primer equipo de la SD Huesca Femenino emitieran un comunicado en el que alzaban la voz "en defensa" de sus "condiciones laborales", haciendo a su vez un "llamado urgente" a la directiva para que "se conserven las condiciones laborales adecuadas", Azucena Garanto, directora general y deportiva del Fútbol Femenino, ha hecho lo propio a través de sus redes sociales:
"Desde la Dirección del Fútbol Femenino quiero expresar mi apoyo a las medidas tomadas por el club para garantizar la sostenibilidad económica del proyecto. No obstante, considero que las formas y los tiempos en los que se quieren implementar estas condiciones han generado un impacto negativo innecesario en el equipo y el cuerpo técnico", expresa en el primer párrafo.
Garanto sostiene que existe una "falta de información clara sobre la transición", algo que "está dificultando mi labor dejando a los profesionales afectados y a los que van a permanecer en el equipo sin saber a quién transferir su trabajo ni con quién colaborarán en pocos días. Esta incertidumbre afecta directamente a áreas clave como la prevención de lesiones, el rendimiento deportivo y los resultados".
Todo viene por la petición del club -en el proceso del ERE- para que, junto a Garanto, cesen en sus actividades la segunda entrenadora (Natalia Gutiérrez) y el preparador físico del equipo (Adrián Sánchez). "Sería desagradable" -añade que ambos "finalizasen la temporada, coincidiendo con el término de sus contratos. Su continuidad no supondría un impacto significativo en las cuentas del club y permitiría una trasición más ordenada, minimizando los riesgos para las jugadoras y el equipo".
En este sentido, prosigue apoyando "plenamente al cuerpo técnico y las jugadoras en su preocupación por las consecuencias de estas medidas y reitero mi compromiso con ellas para garantizar que puedan competir en condiciones dignas y profesionales, minimizando el impacto en su salud física y mental".
También apela a la "gestión del club a asistir a partidos y entrenamientos para conocer de primera mano la realidad del fútbol femenino, sus necesidades y dinámicas. Este diálogo directo con jugadoras y cuerpo técnico es esencial para tomar decisiones informadas y respetuosas".
Para finalizar, Garanto muestra su apoyo a todos los trabajadores y trabajadoras afectados por el ERE, "quienes no solo enfrentan la incertidumbre laboral, sino que también han sido sometidos a formas de trato que considero impropias de una organización profesional. Es crucial que, en un momento tan delicado, se actúe con el respeto y sensibilidad que merece cada persona que ha contribuido al desarrollo y funcionamiento del club".
Hace un llamamiento para que, "más pronto que tarde", el club "encuentre el liderazgo sólido, adecuado y acorde al siglo XXI que sería deseable para gestionar el patrimonio de un club de fútbol, no solo en lo económico, sino en toda su dimensión: los afectos y conexión con su afición, el compromiso de sus empleados, el esfuerzo de jugadores y jugadoras, las relaciones institucionales que sustentan al proyecto y el apoyo de las familias y la masa social que lo rodea".