Una paradoja está deparando la Liga Hypermotion 2024-25: la Sociedad Deportiva Huesca, incapaz de artimañas antideportivas, es el tercer equipo más amonestado de la competición. Sólo queda una explicación: los futbolistas de Antonio Hidalgo son unos cavernícolas rompepiernas, que no es el caso, o en el colectivo arbitral abundan los impresionables por los grandes y los que nunca han jugado a fútbol.
Se suma otra anomalía. Abundan en la Sociedad Deportiva Huesca los lesionados por entradas de rivales, el último caso el que agrupa como dúo dinámico a Miguel Loureiro y a Gerard Valentín. El gallego vio atravesadas sus protecciones y su bota y sufrió contra el Albacete una brecha que requirió cinco puntos de sutura. En las dos jornadas siguientes, en Ferrol y Gijón, la herida, que iba acompañada de un pequeño traumatismo, fue nuevamente agredida, se abrió y acabó imposibilitando su participación ante el Almería. El caso de Gerard se remonta al codazo que sufrió en la primera parte del encuentro en el Enrique Castro Quini, donde mostró visiblemente su dolor y acabó siendo sustituido. En la televisión se apreció el codo en el costado del carrilero. Ninguna de las acciones causantes de ambos daños fue objeto de amonestación.
El equipo de Hidalgo, además, es averso a las conductas antideportivas. Después de padecer una exhibición de pérdidas de tiempo en El Alcoraz contra el Albacete (todo el segundo periodo con los manchegos por los suelos entre calambres, tirones, lipotimias, hipoglucemias y demás patologías), el Huesca disfrutó de ventaja en el electrónico desde el minuto 9, que fue doble desde el 56, y no hubo ninguna asistencia médica, ni pérdidas deliberadas, ni vahídos, ni arritmias, ni bajadas de tensión hasta el 2-1 y el empate posterior. Aun con todo, Arcediano Monescillo, que quería rematar la faena, apenas pitó faltas a favor de los azulgranas y prolongó 7 minutazos cuando no hubo interrupciones, sólo los cambios que, en tres ventanas, fueron compartidos por los dos equipos. Un cuadro sin picaresca en el peor de los sentidos.
Con todos estos argumentos, sin embargo la Sociedad Deportiva Huesca ha visto ya 27 amonestaciones, el tercero de la categoría tras las 31 del Granada y las 28 del Cádiz. Y lidera, con el Eldense, la clasificación de expulsiones directas, tres sin ir más lejos, en concreto a Vilarrasa, a Jorge Pulido y la extravagante de Diego González, en la que la conversación Arcediano Monescillo-López Toca deja en muy mal lugar al trencilla de campo.
Así va el fútbol, un deporte especulativo que alienta los comportamientos más feos en aras del resultado.