Se cumplen 25 años del “Escartinazo” en Piau Engaly: “Fue el mejor día de mi carrera deportiva”

Fernando Escartín alzó los brazos en una histórica etapa del Tour de Francia de 1999. Fue un 20 de julio y el cura de Biescas tocó las campanas como si fuera 15 de agosto, día del Patrón

Adrián Mora
Periodista
20 de Julio de 2024
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Se cumplen 25 años del “Escartinazo” en Piau Engaly: “Fue el mejor día de mi carrera deportiva”
Se cumplen 25 años del “Escartinazo” en Piau Engaly: “Fue el mejor día de mi carrera deportiva”

Tal día como hoy, hace 25 años, el altoaragonés Fernando Escartín (Biescas, 1968) conseguía un histórico triunfo en Piau Engaly. El Tour de Francia quedaba rendido a sus pies, y las lágrimas brotaron de los ojos del pelaire. Una escapada de película le permitió entrar en la historia de la Grande Boucle. Fue un 20 de julio de 1999, y desde entonces se encuentra entre las leyendas del ciclismo mundial.

“Fue el mejor día de mi carrera deportiva con muchísima diferencia. El podio, que también fue un día grande, lo tienes en la memoria, pero tienes más tiempo para asimilarlo y se lleva mejor”, explica Escartín en una entrevista concedida a EL DIARIO DE HUESCA, en un ratito de respiro en plena preparación de La Vuelta Ciclista a España. Con esa victoria, fraguada en un ejercicio total de valentía, se colocaría segundo en la general.

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Al final, se subió al tercer escalón del podio en París, por detrás de Zülle, que fue segundo, y Armstrong, campeón de un Tour que más tarde le quitarían. Habían pasado cuatro años desde la última representación española en el podio. Y fue un tal Miguel Induráin en 1995. “En el momento que vas a conseguir la etapa, hasta el último momento no lo sabes, miras para atrás durante los últimos 100 metros. La victoria fue muy buena y un recuerdo magnífico”, asevera.

Además, aquel día lo hizo con una notable diferencia respecto a sus rivales de etapa y también de la clasificación general. Pero Zülle, Virenque y Armstrong no tuvieron nada que hacer y llegaron dos minutos más tarde. “Es una distancia considerable y muy importante, sobre todo en una etapa de ese tipo. Lo guardo con un gran recuerdo”.

Confirma que la estrategia fue “premeditada”. El equipo lo tenía pensado y lo hicieron desde lejos, lanzando corredores para delante. “La etapa la había visto con mi hermano un par de veces y la teníamos marcada en el libro de ruta. Lo planificamos en el hotel antes de empezar y salió todo a pedir de boca”, recuerda.

Una curiosidad: desde aquel 20 de julio de 1999, Escartín no ha vuelto a Piau. “Guardé el recuerdo como una victoria de etapa, pero seguro que a futuro vuelvo algún día. Lógicamente”, sentencia.

El diario Marca publicó al día siguiente una histórica portada que decía: “Y lloró. Hazaña de Escartín. Los dejó tirados en la etapa reina”, haciendo referencia a sus principales rivales. Su padre, Salvador, confesaba ante los medios: “Es muy grande lo que has conseguido, para ti y para mí”. Su amigo Induráin comentó: “Eres un tío valiente y seguro que hoy atacas otra vez”. Y, finalmente, le dedicaba unas palabras a su novia: “Este es el mejor regalo de boda que te puedo hacer”.

Carlos Paúles apenas tenía 14 años, pero recuerda muy bien cómo vivió aquel día animando a Escartín en pleno puerto. “La afición de verdad me entró con él. Ese día se organizó una excursión desde el pueblo y fuimos en un microbús con 30 personas de Biescas, Sabiñánigo y Gavín”, subraya.

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Aficionados de Biescas en Piau, apoyando a Escartín aquel 20 de julio.

Recuerda el “madrugón” y el “largo viaje”, todavía por Cotefablo, pero siempre con “mucha ilusión de ver algo que nunca olvidaríamos”. Era la primera vez que Carlos veía en directo una etapa del Tour y no dejaba de flipar con toda la parafernalia que se monta con la caravana y el ambientazo en plena carretera.

Gracias a una televisión portátil que tenía una caravana pudo ver que Escartín venía escapado y con una considerable ventaja. “Recuerdo los nervios y la ilusión de poder celebrar esa victoria tan deseada por todos. Nosotros nos pusimos en el arco del último kilómetro. Subimos corriendo monte arriba hasta la meta para poder ver el podio. Y ahí estaba Escartín. Nuestro sueño se hizo realidad”.

Como no podía ser menos, la fiesta se desató en Biescas. “El cura tocó las campanas como si fuera 15 de agosto, el día del Patrón. En los bares se descorchaba el champán. Hasta jugadores del Málaga que estaban de pretemporada en Biescas se unieron a la fiesta”. Un día inolvidable para todos los pelaires.

En el documento adjunto puedes consultar la portada del diario MARCA del 21 de julio de 1999.

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