Slavy, el chico que se crió en Huesca, se hizo mayor en Valencia y triunfa en Salamanca

Pese a tener sangre búlgara, nació en Huesca hace 22 años. Sergio Valero, uno de sus entrenadores, habla maravillas de él: "Es un currante"

Adrián Mora
Periodista
08 de Mayo de 2024
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Slavy, sonriente tras firmar un hat-trick ante el Sabadell, el pasado 27 de abril.
Slavy, sonriente tras firmar un hat-trick ante el Sabadell, el pasado 27 de abril.

Celebra los goles como Cristiano Ronaldo. Borislav Ivaylov Stankov "Slavy" es el hombre de moda de la Primera RFEF. El futbolista oscense de nacionalidad búlgara (22 años recién cumplidos) pasó por la cantera de la SD Huesca y ahora triunfa en Unionistas de Salamanca CF. Es el segundo máximo goleador del grupo 1 de la categoría con 12 goles -suma más que Lucas Pérez, el delantero del Deportivo- y ya lleva cuatro jornadas consecutivas viendo puerta. Casi nada. En Huesca, en su día, coincidió con Iván Biarge, Manu Rico o Javito Almerge, y ya hay quien aboga por su vuelta a Camino Cocorón.

Desde bien pequeñito ya marcaba las diferencias. Slavy marcó sus primeros goles en fútbol sala y de ahí saltó a la cantera de la SD Huesca. Pronto se fijó el Real Zaragoza y lo captó para su estructura, pero el camino fue de vuelta. El club azulgrana le ofreció jugar en el juvenil provincial cuando fue máximo goleador con la selección aragonesa de su categoría. La cosa no llegó a buen puerto y acabó recalando en la cantera del Valencia, donde se hizo mayor. El pasado sábado anotó uno de los dos goles de su equipo en el triunfo sobre el Teruel en Pinilla y ha sido elegido por sus aficionados como el jugador más destacado del mes de abril. Su proyección es meteórica.

Sergio Valero entrenó a Slavy cuando era cadete de segundo año, en el División de Honor de la SD Huesca. "Era diferente a los demás. Se le veía en la actitud que tenía entrenando y jugando. Era un profesional siendo un crío", asevera.

Entre sus principales cualidades, destaca una "zurda espectacular" pero a su vez tenía la capacidad de manejar bien la diestra. "Era un tío fuerte y lo suyo creo que era la determinación. Remataba siempre. En el momento que había una opción de remate, él estaba allí. En el balón parado también la colocaba muy bien. Sabía moverse. Son un montón de cosas", añade.

Y Valero sube la apuesta: "Si no hubiese tenido las lesiones, esperaba que fuese más del nivel que está teniendo ahora". Slavy sufrió una grave lesión de rodilla y después recayó muscularmente. El míster añade que "se lo ha tenido que currar mucho, y es que a otros jugadores con peores caractíristicas les han dado opciones que a él no".

El entrenador propuso que el subieran al Liga Nacional cuando todavía era cadete, "porque vi que podía tener futuro, sobre todo por la posición que ocupa. El gol es el gol. Puedes fabricar un central pero no uno que te meta goles". Como no jugaba demasiado en Liga Nacional, y aunque también es cierto que tenía una fuerte competencia con Carlos Kevin, bajó de nuevo al cadete. De ahí salió rumbo al Valencia.

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Slavy, arriba en el centro, junto a sus compañeros poco antes de salir de la estructura del Huesca.

En la "terreta" jugó en edad juvenil. Fue valiente al salir de Huesca pero le costó separarse de su familia, sobre todo de su hermano Martín, en su primera experiencia fuera de casa. De Valencia, donde coincidió con Joaquín Sorribas, se fue a la cantera del Valladolid -después de que el Sevilla lo rechazara-, club con el que todavía tiene contrato hasta junio del presente año. 

El primer año en Pucela, Slavy tuvo la oportunidad de debutar con las categorías inferiores de la selección española. Sin embargo, después se decantaría por el país de sus padres. Acabó debutando con Bulgaria Sub 19 y posteriormente con la absoluta. En la temporada 2021/22 disputó 25 partidos en Primera RFEF anotando cuatro tantos defendiendo la camiseta del Real Valladolid Promesas. En la campaña pasada disputó 31 partidos como titular y anotó cinco goles. Incluso llegó a debutar con el primer equipo del Pucela en el curso 2021/22.

La lesión de ligamento cruzado le ha hecho crecer y a los números hay que remitirse. Valero asemeja ese espíritu de superación a lo que le ha inculcado su familia. "Es un currante y tenía muy claro que quería ser futbolista profesional. Ponía todo para ello", revela.

Como deseo personal, Valero lamenta el hecho de tener apenas representación altoaragonesa en el primer equipo de la SD Huesca, por eso estaría encantado de verlo de vuelta en su casa. "Se tendría que dar que el Huesca quisiera y que Slavy quisiera. Ojalá. Ojalá un Huesca otra vez potente en Segunda y con gente que ha estado en la cantera y que se va a identificar con el campo y el club".

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