Recientemente tuve la fortuna de toparme con un breve vídeo de Marcos Urarte en el que explicaba con claridad meridiana una rotunda realidad relativa a la disrupción de la aerolínea irlandesa Ryan Air. A diferencia de las aerolíneas al uso (Iberia, Lufthansa, …), para Ryanair los clientes no eran los viajeros sino aquellos gobiernos locales que financian su implantación en los diferentes aeropuertos. En este modelo, los usuarios de la aerolínea no somos más que el “producto”, es decir el bien (o casi me atrevería a decir el mal necesario) que la empresa (Ryan Air) ofrece a su cliente (las administraciones locales que quieren atraer pasajeros a sus aeropuertos).
No tardé mucho en divagar hacia el ámbito futbolístico cuestionándome el rol que jugamos los aficionados para los clubes en la industria del fútbol actual, sin llegar a una conclusión clara más allá de que – al igual que en el caso de las aerolíneas- tiene que ser cada sociedad quien lo reflexione y lo determine.
A nadie escapa la difícil situación que atraviesa la SD Huesca en todos los ámbitos. Desde el institucional - con una delicada situación financiera y una posible venta en el horizonte- al social – con una afición que, tan heroica como resignadamente, sigue renovando su abono al borde de la indiferencia- pasando por el deportivo (me sigue pareciendo un milagro la permanencia lograda la pasada campaña). Sin embargo, pienso que el momento no es sino una oportunidad para que los propietarios del club redefinan su estrategia y podamos volver a aunar energías con esa solidez que no hace tanto nos llevó al Olimpo de la Primera División.
Hablar de estrategia es responder nítidamente a varias preguntas: “¿Por qué?, “Qué”, “¿Cómo?” y “¿Hacia dónde?”:
- Para responder al “¿Por qué?” es preciso definir el propósito, es decir la razón de ser de la SD Huesca, el motivo fundamental por el que existe. El propósito es lo que inspira a la organización, a sus empleados, deportistas y aficionados a levantarse por la mañana. Sirva como ejemplo canónico el propósito de Disney que es “crear la mejor experiencia de entretenimiento posible”
- La misión, más concreta que el propósito, nos proporcionará la respuesta al “¿Qué?” y al “¿Cómo?”. Es una declaración que – enfocada en el presente- describe lo que la SD Huesca hace, para quién lo hace y cómo lo hace. Siguiendo el ejemplo anterior, la misión de Disney es “hacer felices a las personas a través de la magia del cine y de la imaginación”
- La visión es la imagen idealizada del futuro que la SD Huesca aspira a crear o alcanzar. Tiene que ser la fuente de inspiración y marcar la dirección a largo plazo. Para Disney es “ser la compañía más admirada del mundo”.
Hablar de estrategia es, por tanto, definir un plan de acción que conecte todos estos elementos (propósito, misión y visión) y lleve a la SD Huesca hacia adelante. Este plan de acción debe hacerse mirando hacia afuera - optimizando la experiencia de los clientes y usuarios (ojo, no tienen por qué ser sinónimos)- y hacia adentro, buscando la excelencia operacional en todos y cada uno de los ámbitos de gestión.
Tener claro el propósito, la misión y la visión nos hará reconocibles. Debemos aspirar a tener un sello, una vitola que haga que sea identificar por su comportamiento a un jugador, aficionado o empleado del club. En caso contrario, seremos “uno más” y eso me temo que terminará sacándonos del fútbol profesional por la aplastante lógica de los recursos disponibles.
Insisto, hace no tanto fuimos capaces de ir todos a una, de identificarnos plenamente con el club y ser una opción apetecible para futbolistas que veían al Huesca como un lugar en el que poder crecer.
Con plena consciencia de la situación en la que partimos, definamos hacia dónde queremos ir y aunemos fuerzas para recordarle al panorama futbolístico que en esta noble tierra no se rebla.