Sociedad Deportiva Huesca: la personalidad que es la forja del talento

El partido de Castalia ha sido una exhibición de tipos con arrestos y un descubrimiento de un carácter admirable, el de la árbitra Marta Huerta de Aza

02 de Febrero de 2025
La árbitra Marta Huerta de Aza, con los capitanes. Toda una personalidad. Foto Laliga

Ese generador de grandes inspiraciones que era Arthur Schopenhauer sostuvo que la personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna. El pulso del filósofo es el que está obrando el milagro de la Sociedad Deportiva Huesca, que, para qué engañarnos, suscitaba dudas en cuanto a su talento pero al final incluso ha ido forjándose a golpe de esfuerzo, pasión, creencia y planificación. Antonio Hidalgo ha conseguido un equipo sin fisuras que ha transformado a futbolistas dubitativos (el nuevo Hugo Vallejo o el redivivo Joaquín son ejemplos claros) en jugadores con carácter en los que las certezas sobrepasan los miedos. El prodigio se cifra en la eliminación de todos los presagios agoreros y la sustitución por la voluntad: sí se puede, exactamente igual que la campaña que esta casa desempeñó con unos admirables aficionados que siguen al Huesca a Castellón, Almería o donde se tercie.

El partido en Castalia es el triunfo del carácter. Un público que es consciente de su importancia y que hoy se ha pegado una exhibición. Un equipo cohesionado, que sabe que, ante cualquier arremetida de un cuadro talentoso como el Castellón, siempre hay una oportunidad no sólo de neutralizar, sino también de contragolpear. Y dos jugadores que son, hoy, el espíritu del Huesca. Por un lado, Dani Jiménez, inconmensurable, felino e inteligente, siempre en el medio de la trayectoria del balón, porque el fútbol es cosa de listos. Semejantes atributos para Miguel Loureiro, que se ha convertido en el verdadero alma del Huesca, en su manual de estilo, el que nunca rebla, el que siempre está cuando se le necesita (sus cruces son portentosos).

En el camino hacia la grandeza, el talento se alía con la pasión y con la certeza. Aquellos futbolistas desvencijados, alicaídos de hace una temporada saben que en sus botas, en sus cabezas y en su carácter se halla el futuro de la Sociedad Deportiva Huesca. Esos 43 puntos permiten soñar, sin obviar que cada punto, cada victoria de tres, exige pico y pala, pararse a pensar y ejecutar al adversario. El Huesca es un proceso que empieza en la pizarra, como la buena educación, sigue en el ejercicio, que es la formación, y desemboca en el resultado, que no es sino la consecuencia. Ese es el sendero..

Por cierto, en Castalia hemos descubierto otra personalidad, la de Marta Huerta de Aza, la primera árbitra profesional que se ha cruzado en el camino del Huesca. Sin necesidad de aspavientos, se barniza de autoridad con una extraordinaria templanza y una convicción ejemplar. Un descubrimiento excelente.

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