Suma tres goles en sus dos últimos partidos con el Zamora CF, el destino que eligió el pasado verano al salir de Huesca. Rafa Tresaco vive un momento dulce, pero ha tenido que picar mucha piedra para llegar donde está. Nunca le ha importado salir de casa, pues está acostumbrado a buscarse las habichuelas lejos de su "zona de confort".
El serrablés anotó el gol de su equipo el pasado domingo que, a la postre, le daba un punto en la visita al campo del líder, la Cultural Leonesa. Pero es que la semana anterior firmó un doblete ante el Barakaldo en la Ruta de la Plata para sumar tres puntos importantes. Tresaco es autocrítico y sabe que tenía que aportar más "números" a su casillero. Ahora lo está consiguiendo y por eso su Zamora disfruta de él.
"Estoy muy contento. Creo que tenía que dar un paso más en ese aspecto para el equipo. Veremos si sigue de aquí a final de temporada. Siempre me he considerado bastante autoexigente. He tenido momentos en los que he estado muy bien jugando, pero me faltaban números", comenta.
En cuanto a la Primera RFEF, dice que es una categoría "muy dura y muy igualada". En ese aspecto, es "parecida a la Segunda División". Este año, sin ir más lejos, coincide con compañeros que tuvo en el Algeciras, en su anterior etapa en Primera RFEF. "Creo que tenemos equipo para algo más, veremos el playoff... pero creo que merecemos estar ahí", relata siendo ambicioso.
Compite con viejos conocidos oscenses como Manu Rico, en el Tarazona, o Isma Sierra, en Osasuna Promesas. También se mide al Arenteiro, del exazulgrana David Ferreiro. "Hay jugadores de mucho nombre. En mi equipo está Kike Márquez, por ejemplo, que ha pisado la Segunda y tiene muchos partidos en la categoría. Se nota que tienen un nivel bastante bueno en el grupo".
El jugador explica cuál es la idiosincrasia del Zamora, un club que cambió de directiva el pasado verano. "Se están haciendo las cosas muy bien y yo creo que tiene un proyecto para luchar por subir a la Segunda División en unos años. Yo tengo muy buena sensación. Si sigue dando pasos hacia adelante, acabará luchando por subir a Segunda".
A sus 24 años, Tresaco ya ha recorrido mucho mundo. Se marchó a Santander a probar fortuna en el Racing, después puso rumbo al sur para jugar en el Marbella, todavía en la antigua Segunda B. En la 2021/22 estuvo en el Algeciras de Primera RFEF, con la categoría recién estrenada. Después el Huesca llamó a su puerta para jugar en el filial, donde destacó sobremanera anotando siete goles en 21 partidos en Tercera. Lo que se llama dar un paso hacia atrás para dar dos hacia delante. Ya la temporada pasada, acabó jugando 17 partidos en Segunda División. "Estoy acostumbrado a estar lejos de casa, pero el año pasado estuve demasiado cómodo y esta vez me ha costado irme un poco más".
Las lesiones han estado muy presentes en su -corta- trayectoria. "La continuidad en ese tema es lo que me ha hecho falta a lo largo de mi carrera. Este año, de momento, no estoy teniendo. Toco madera".
EL HUESCA Y SU SALIDA
Como buen azulgrana, confiesa que ve "prácticamente todos los partidos del Huesca, aunque justamente el de este fin de semana no pude verlo". Analiza al equipo de Hidalgo desde fuera: "Se está siguiendo la línea con la que terminamos el año pasado. Es un equipo muy trabajado que ya sabemos que siempre concedía muy poco. Es verdad que nos costaba encontrar algo de puerta, pero creo que este año se ha trabajado mucho en ese aspecto".
Sabe que "hay jugadores muy destacados como Soko, que creo que el míster le ha encontrado la posición idónea para él. Es un jugador que está dando mucho. Con el equipo tan trabajado y, si están acertados, creo que se meterán en playoff".
Es inevitable preguntarle por dos entrenadores que han marcado mucho su carrera: Cuco Ziganda y Antonio Hidalgo. El primero "confiaba mucho en mí en pretemporada. Me dio la oportunidad de estar en el primer equipo y le estoy muy agradecido. Luego, con Hidalgo conté más para él a final de temporada y, sinceramente, jugué dos o tres partidos en los que me encontré muy bien".
En cuanto a su salida, recuerda que "el club no contó conmigo y fue una lástima porque yo me hubiera quedado encantado de la vida porque yo ahí era el más feliz del mundo. Me quedó un regusto amargo por mi salida. Teniendo esos minutos buenos, la temporada se me hizo corta. Me hubiera gustado tener algún partido más para demostrar".
El curso pasado, Tresaco resaltaba en una de sus declaraciones que la afición es "el motor de este gran club". Y lo amplía para concluir: "Noté mucho el cariño de la gente cuando me fui. Mis padres, mi la familia y la gente en Sabiñánigo se quedaron un poco fría con la decisión".