A vista de águila sobre Canfranc

El Club de Montaña Nabaín y el Atlético Sobarbe realizaron una ascensión en el corazón del valle del Aragón

Juan Félix Andrés
11 de Septiembre de 2024
El grupo en el Pico del Águila.

Este domingo pasado, 19 montañeros pertenecientes al Club Atlético Sobrarbre de Aínsa y al Club de Montaña Nabaín de Boltaña, con muy buena disposición, ya que la meteorología daba alta probabilidad de lluvia, partimos hacia el Pico del Águila, de 1.972 metros, en Canfranc Estación. Al final, la suerte nos acompañó y solo a cinco minutos de los coches cayó un aguacero que no tardó en parar y volver a dejar un día extraordinario.

Comenzamos la subida frente a la Estación Internacional de Canfranc, por bosques frondosos, pasando por la Fuente del Burro y después, de interminables zetas, por la cascada Cola de Caballo, con poca agua. Aquí tomamos desvío hacia el pico, pasando por muros de contención de aludes, cogiendo más tarde una ladera inclinada, con camino algo maltrecho, sin vegetación, para llegar a la base del Pico del Águila. Una vez aquí, tuvimos una pequeña trepada para, enseguida, estar en la cima. Este último tramo, desde la base, está marcado con puntos de pintura azul.

En la cima tuvimos unas magníficas vistas de los valles del Aragón, Canal Roya, Iserías, así como de distintas cimas, La Moleta, Collarada –cubierta de nubes-, etc., estación de Candanchú, la propia Estación Internacional de Canfranc, etc.

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El grupo en su visita a la Estación Intermodal de Canfranc.

Después de un tentenpié, iniciamos el regreso hasta donde habíamos tomado el desvío al pico. Iniciamos la vuelta tomando otro camino para hacerla circular, en este nuevo recorrido, volvimos a pasar por bosques y restos del vivero de Secras.

En la construcción de la Estación Internacional de Canfranc, hace un siglo, para protegerla de avalanchas, se construyeron muros de contención de avalanchas, así como, se reforestaron las laderas con numerosos árboles, de los que hoy, podemos disfrutar. Para poder reforestar se construyeron varios viveros y, en la consecución de las distintas actuaciones, se construyeron caminos que sortean un gran desnivel sin gran esfuerzo, ya que por estos caminos subían las caballerías que transportaban el material.

Terminamos la gran jornada con una visita a la Estación, muy especial, en la que pudimos conocer distintas partes de esta histórica construcción.

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