Me van llegando detalles de los próximos festivales, como el Estadijazz de Estadilla o la Trobada Swing de Fonz que vuelven en abril; el de Barbastro que será en junio y el Huesca es Jazz que sigue siendo en julio. Pero esta semana la mirada se centra todavía en el Jaca Club de Jazz que baja la persiana el sábado 25 a las 20:30 horas con el concierto de la banda local Ni Jota ni Jazz en el Palacio de Congresos.
Ni Jota ni Jazz está formado por Abel Berdejo (guitarra), Alicia Canguero (voz) y Mario Cantabrana (contrabajo). A este trío básico, que inició el proyecto, se suman con frecuencia Beto Obón (guitarra), Remí (armónica) y Lete (percusión).
La idea de la banda es la creación y la reinterpretación de músicas pirenaicas y tradicionales infundiéndoles el ritmo de la música latina, del blues o del jazz en las vertientes del swing o el manouche francés. Su música -nos dicen- propone un diálogo con todo aquel que se atreva a tocar con los pies la tierra y lanzar una mirada a los orígenes, valorando, a su vez, el lenguaje universal e infinito de la música.
Su espectáculo nos invita a disfrutar de la libertad que ofrece el jazz para mover el cuerpo, reír y cantar en un show con canciones que hablan del individuo frente al mundo y de diferentes problemáticas sociales, buscando generar un abanico se sensaciones.
Ni Jota ni Jazz difunde su proyecto por medio de este video, grabado en la iglesia de Solanilla en el valle del río Guarga. Conocéis ya la Jota triste: ¡Qué lejos queda lo simple! Qué lejos nos llega ahora. Qué lejos queda lo simple al ver vacíos los sitios donde en el campo las segadoras cantaban a hombres y trigos. Mi jota triste canta por todas. La jota triste nos habla de la migración rural y la despoblación, pero en el arreglo de este video es, quizá, un poco más alegre.
¡Feliz domingo de jazz!