El foro empresarial Huesca Excelente es un selecto grupo de empresas de la provincia que persigue la Excelencia en sus procesos de negocio.
Dentro de sus objetivos fundacionales se encuentra el de comunicar periódica y continuamente cualquier aspecto que pueda coadyuvar a la Excelencia Empresarial, y en virtud del mismo, pretende colaborar con diferentes medios de comunicación de la provincia que así lo comprendan adecuado con su línea editorial, como es el caso del flamante y recién estrenado DIARIO DE HUESCA. Pocas veces un Diario fue tan necesario para el desarrollo y el progreso en libertad de un territorio.
En esta primera colaboración, aprovecharemos la ocasión para abordar diferentes recomendaciones para las personas trabajadoras sobre cómo encarar las vacaciones de este peculiar verano que tenemos a la vuelta de la esquina. La calidad del descanso de las personas de una empresa es un aspecto que sin duda está íntimamente ligado con el nivel de Excelencia de una empresa.
Enfrentamos un verano con personas que, más o menos autorizadas, vaticinan que, con el IPC superando el 10%, una subida de precios casi sin precedentes, las terrazas llenas, incluso ya para los almuerzos de San Lorenzo, y con algunos de los hoteles de nuestra provincia a punto de colgar el cartel de “completo”, éste será nuestro “último verano”.
Algunos analistas presagian una “gran depresión” en septiembre, un “crack del 22”, y pese a ello, nosotros solo pensamos en disfrutar de tres veranos en uno, aunque nos cobren los tres veranos a la vez.
Llegamos al verano que los expertos nos prometían en 2020, y que quien más quien menos, confiaba haber podido disfrutar ya en 2021, con unos niveles de estrés laboral durísimos. El trabajo nos está extenuando mentalmente como nunca antes en la historia reciente, según desvelan varios estudios científicos.
Además, hay quien piensa que el próximo verano probablemente será más pobre, y quien incluso tiene miedo a que otra crisis imprevisible, quizás motivada por una nueva pandemia, o por una guerra mundial, o por una bomba nuclear, o por una crisis económica inhumana, le pueda volver a dejar el año que viene de nuevo sin verano. Y visto lo visto: ¡Quién sabe!
Pero ahora ya no tenemos miedo a contagiar a la abuela; no hay mascarillas y sentimos entusiasmo cuando el desconocido que tenemos al lado en el concierto no se aleja dos metros de nosotros. Reímos fuerte, volvemos a dar dos besos sonriendo para saludar, hacemos planes para más días de los que tenemos, bebemos por encima de nuestras posibilidades, y hasta las bodas nos vuelven a ilusionar y a parecer un auténtico planazo.
No podemos pensar en lo que viene en septiembre, porque la Covid-19 nos ha enseñado a disfrutar de lo que hay en cada momento.
Por otro lado, amparados en los diferentes estudios que demuestran que cuando el cerebro tiene mucha información no es capaz de tomar buenas decisiones, varios expertos nos recomiendan que, para evitar estas consecuencias del excesivo flujo de información que nos procuran las nuevas tecnologías, aprovechemos los días de verano para “desconectarnos”.
Sin duda, este verano no será el último que la humanidad pueda disfrutar, pero me encanta esta forma de afrontarlo que la Covid-19 nos ha impuesto. Carpe diem.
En cambio, no comparto ese mantra por el cual nos piden que nos esforcemos para “desconectarnos” en estas vacaciones de verano, que nos “desconectemos” para volver con las pilas cargadas a nuestra ajetreadas, planificadas e inconscientes vidas cotidianas.
Yo me pregunto: ¿no vivimos ya excesivamente desconectados de la realidad en nuestro día a día, en el que actuamos como autómatas, como si tuviéramos un piloto automático encendido las 24 horas, como para tratar de “aprovechar” el verano para “desconectarnos” aún más?
En mi opinión, este verano deberíamos aprovechar las vacaciones, para todo lo contrario, para CONECTAR en profundidad. Concretamente para reconectar hondamente con nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestros seres queridos, nuestros lugares preferidos, y con los lugares que descubramos por primera vez.
Vivimos una vida cotidiana excesivamente planificada para intentar que sea productiva, tratando de aprovechar hasta el último minuto de nuestro fugaz paso por la vida. Y por ello queremos el verano para “desconectar” y volver a ese día a día frenético que nos arrastra a la velocidad del rayo a tope de energía.
En nuestro día a día planificamos prácticamente todo: la hora de despertar, de llevar a los niños al colegio, de hacer la comida, de ver la tele, los fines de semana, los ratos libres que nos quedan después de la jornada laboral, ... Y ya que planificamos tanto, pienso que sería bien interesante beneficiarnos de estas vacaciones para empezar a planificar también lo más importante: los momentos de descanso, los momentos de CONECTAR con la VIDA.
Propongo aprender estas vacaciones a reservar tiempo para conectar con uno mismo: descansar el cuerpo y la mente y conectarlos, nutrirse el cuerpo y el alma, regenerar el estado de ánimo.
Seguramente observarás como se aclaran tus ideas, vienen a ti soluciones a determinadas situaciones que parecían no tener solución, te volverás más vital, y en unas semanas notarás cómo regresas a tu puesto de trabajo mucho más productivo y activo que nunca, más inspirado, creativo y entusiasmado.
Además, cuando llegue el momento de tener que regresar a la cotidianidad del trabajo, en el caso de que tuvieras que enfrentarte a la manida “depresión postvacacional”, piensa que al menos habrás aprendido a planificarte el tiempo que necesitas para reconectar con la vida.
Y si esto no te resultase suficiente a la vuelta de tus vacaciones, recuerda que el deporte siempre será tu mejor aliado. Al final del trabajo es probable que lo que menos te apetezca sea ponerte las zapatillas de deporte y salir a correr, caminar, montar en bici, o ir al gimnasio; pero las investigaciones muestran que la actividad física es una de las formas más efectivas de recuperarnos del estrés laboral. Y ten presente también la importancia de la naturaleza, diversas investigaciones científicas revelan que estar en contacto con la naturaleza tan solo diez minutos al día contribuye a disminuir significativamente el estrés y a hacer que te sientas más feliz.
Por todo ello, en representación del foro empresarial Huesca Excelente, quiero desearte unas vacaciones de verano en las que consigas, en vez de “desconectar”, re-conectar de nuevo con la vida.