El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja entregó anoche el Diploma de Honor a la empresa oscense CAPLI Ingeniería, en reconocimiento a su labor, dedicación y extraordinario compromiso con la profesión de Ingeniería Industrial y con el colectivo, así como por su contribución al tejido industrial aragonés. La entrega de este galardón, el máximo reconocimiento del Colegio, contó con la participación de destacadas autoridades, entre ellas Salvador Galve, Decano del Colegio; Raquel Campos, directora de Logística y Planificación Estratégica del Gobierno de Aragón; Miguel Ángel García Muro, concejal delegado de Transformación Digital del Ayuntamiento de Zaragoza; y José Antonio Yaguë, Director de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, entre otras personalidades.
El galardón fue recibido por Carlos Calvo, gerente de CAPLI Ingeniería, empresa fundada en 1999 por su padre, el también Ingeniero Industrial Fernando Calvo Escartín. “El objetivo de la empresa, desde su origen, fue la prestación de servicios profesionales de ingeniería industrial a nuestros clientes. No podemos concebir CAPLI sin el Colegio de Ingenieros. Para nosotros, que contamos con ocho ingenieros industriales en la plantilla, el apoyo que presta el Colegio en asesoramiento es fundamental”, destacó Carlos Calvo. Además, recordó que fue su padre quien “abrió” la delegación del Colegio en la provincia de Huesca hace ya varias décadas, “por lo que tampoco se entiende el Colegio en Huesca sin CAPLI”, afirmó.
Carlos Calvo valoró especialmente “una forma de entender la profesión” que su padre le transmitió: “no solo se trata de hacer proyectos, sino también de entender la profesión y el servicio al cliente. Esto nos lleva a acompañarlo durante todo el proceso del proyecto, ayudándole a descubrir lo que realmente necesita, ya que no siempre el cliente sabe o es consciente de todo lo que requiere desde el inicio”, concluyó.
VEINTICINCO AÑOS CRECIENDO
“Hace 25 años, el Ingeniero Industrial Fernando Calvo fundó una ingeniería con la experiencia que ya poseía en sectores como el de la nieve, con el objetivo de prestar servicios profesionales de ingeniería industrial, especialmente al cliente industrial, en sectores como el químico, plásticos, metal, materiales de construcción e industria alimentaria”, destacó también Salvador Galve, Decano del Colegio.
Desde su primera oficina en un pequeño local de la Plaza Extremadura de Huesca hasta la inauguración, hace unas semanas, de su segunda oficina en Zaragoza, CAPLI se ha consolidado en el Alto Aragón. La empresa ha evolucionado, pasando de proyectos de seguridad industrial y asistencia técnica para la gestión de permisos y licencias a ofrecer servicios más complejos, como ingeniería para proyectos urbanísticos y medioambientales. Hoy en día, CAPLI trabaja en proyectos de gran envergadura, abarcando instalaciones de tuberías, estructuras metálicas y montaje mecánico, enfrentando desafíos cada vez mayores en cuanto a dimensión y complejidad.
“CAPLI responde al perfil del 98% de las empresas aragonesas: una pequeña empresa con un equipo de 17 personas, de las cuales 8 son Ingenieros Industriales”, remarcó Galve.