Las consecuencias de la huelga indefinida a la que fueron convocadas el 16 de enero 4.000 trabajadoras de la provincia de Huesca de servicios de limpieza de edificios y locales se están apreciando ya desde hace unos días en sus lugares de trabajo.
Este miércoles se han hecho públicas unas fotografías correspondientes al IES Pirámide y a la Facultad de Ciencias de la Educación del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza, en la que se pueden ver lamentables escenas de suelos inundados de papeles, plásticos, todo tipo de envoltorios, vasos, servilletas, bolsas, latas, pañuelos de papel, papeleras vacías y otras, llenas a rebosar... pasillos, baños y otras estancias, con un aspecto insalubre y poco o nada recomendable. "Cinco años sin convenio. Basta ya, cobramos 780 euros", se lee en un cartel.
De nuevo, se ha visto este miércoles a varias docenas de personas manifestarse de nuevo por las calles de la ciudad y ante edificios con algún poder de influencia o decisión.
El último convenio se firmó el 31 de diciembre del 2017 y ahí se ha detenido el tiempo, para estas mujeres, sobre todo, que piden que el salario base se iguale al Salario Mínimo Interprofesional, al margen de otras mejoras.
Se las consideró "imprescindibles" en tiempos de pandemia, como señalaba Irene Lázaro, responsable provincial de Huesca de la Federación Hábitat Aragón, antes denominada federación de Construcción y Servicios, de Comisiones Obreras, y ahora, en el momento de los hechos y no sólo de las buenas palabras, no encuentran ese reconocimiento.
El presidente de Aragón, Javier Lambán, aseguró recientemente, en una visita a Huesca, que mediaría en el conflicto. De momento, siguen esperando.