Una joya: Botería Mairal de Sariñena celebra su 125 años con la edición de una bota conmemorativa

Alba e Ismael perpetúan la producción artesanal que en estos momentos sólo se realiza en tres establecimientos de todo el mundo

DH
20 de Junio de 2024
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Alba e Ismael, en Botería Mairal
Alba e Ismael, en Botería Mairal

Botería Mairal de Sariñena se ha convertido en una de las tres supervivientes de todo el mundo dentro de esta artesanía que tanto nos arraiga en nuestros ancestros, cuando estas entrañables botas servían para mantener la temperatura y para propiciar un efecto saciante y vigoroso del vino controlado por la pequeña apertura que dosificaba la bebida.

Cumple 125 años la botería que, en medio de esta escasez artesanal, vende ahora prácticamente a todo el mundo. “Mucho han cambiado las cosas desde 1898 cuando abrió Botería Mairal. La forma de vender, las normativas, las dudas de los clientes, la tecnología de marcaje, algunos materiales o incluso las preferencias y modas sobre el estilo de las botas de vino, lo que no ha cambiado es la forma de hacerlas de manera artesanal, esa tradición está prácticamente inalterada y mantenemos los mismos métodos de hace 125 años con muy pocas modificaciones”, reivindica Ismael Pérez, que junto a Alba Riera, sobrina del último Mairal que llevó el negocio, regenta la botería.

“Ser artesano es una forma de conservar viva la historia de nuestros pueblos y de nuestros antepasados, y ya son muchas generaciones las que hemos apostado por seguir haciendo botas de vino tradicionales para los que todavía valoran la calidad y la autenticidad de las cosas hechas a mano”, aseguran los meritorios perpetuadores de la Botería Mairal.

Ismael, en plena producción de una bota
Ismael, en plena producción de una bota

Desde hace dos centurias, los materiales permanecen invariables. El primero, la piel de cabra, que se seca, se curte, se corta y se cose de manera artesanal. En segundo lugar, la pez, el impermeable natural según una fórmula familiar de hace cientos de años. Esta fórmula ha tenido que adaptarse a las nuevas normativas, pero se conserva sin muchas modificaciones y es lo que hace que la bota esté sellada y pueda guardar el vino y le dé un sabor que tanto gusta a los amantes de las botas tradicionales.

Ismael y Alba aseguran que “en la actualidad también se ha incorporado el interior hecho con cámara de TPU, debido a que no requiere el mantenimiento y conservación de una bota de vino con interior de pez”.

El taller de Botería Mairal se instaló en Sariñena en 1898, cuando lo fundó Nicolás Mairal, natural de Casbas, que emigró a Los Monegros para ganarse la vida en la agricultura, pero desembocó en la fabricación de botas de manera artesana. Desde entonces, son varias generaciones las que ha mantenido y han hecho crecer el taller. Para celebrarlo, van a sacar una edición especial 125 aniversario, que conmemora la conservación de las tradiciones de los pueblos y de la vida rural, “puesto que cada vez es más necesario reivindicar lo que nos une a nuestras raíces, ya que son muchos atractivos los que invitan a las nuevas generaciones a emigrar a ciudades más grandes o a otros países”.

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