"Con mucha nostalgia". Así cierra, por último día, sus puertas Kiko Lanau Ballarín. Bajo el letrero de Coso Cuatro, junto a "sus marcas", Swatch, Swarovski y Pandora, reconoce su sensación agridulce. En un momento dado, de cierre de una etapa, como que te haces mayor. Pero por por otra parte es una liberación de responsabilidades y de exigencias porque las multinacionales también exigen más".
Fin a una trayectoria de siete lustros de un icono del comercio de la capital, el del matrimonio de Kiko y Natalia, en el espacio más emblemático, el Coso Bajo junto a las cuatro esquinas. Una manera de concebir la actividad en torno a marcas de prestigio y audacia en las apuestas integrales, de la decoración al escaparatismo y una atención al cliente afable y cariñosa.
El emblemático comerciante nacido en Barbastro en 1962 pero oscense por los cuatro costados, ya que aquí ha disfrutado toda una vida desde su infancia y en los 35 años con sus comercios,, explica que para alguna de sus casas Huesca está en el límite demográfico "para las concesiones, porque tendríamos todo esto en exclusiva. Ha habido un momento en que ha habido que cerrar porque no se pueden asumir las exigencias de las marcas. Concretamente con Pandora nos exigían un mobiliario nuevo y concretamente en estos metros cuadrados no no caben Hemois tenido que tomar decisiones casi un poco obligados".
MOMENTOS BUENOS Y MALOS
Kiko Lanau reconoce que, en estos 35 años, "hemos vivido momentos muy buenos, increíbles, que yo deseo a todo comerciante que arriesga y apueste por esta ciudad. Momentos muy buenos en los que rompíamos stocks. Ahora lo dices... También hemos vivido momentos muy malos. Hemos vivido de todo. Lo que sí te puedo decir es que el ciudadano tiene que ser consciente de que el comercio ilumina, enriquece la población, valora los pisos, las inversiones... Si el comercio se va, se desvaloriza todo".
Hombre de -abundante- palabra, siempre ha roto esquemas. "Hay que asociarse con Zaragoza en vez de considerarlo enemigo. Esta es una de mis conclusiones. Tan fácil es para nosotros ir allí como que ellos vengan aquí a nuestro comercio, a nuestra gastronomía y a nuestro carácter, que es bastante afable".
No se niega a definir un perfil tipo de consumidor de Huesca. "El cliente oscense es muy particular, pero como yo lo soy a mí me parece normal. Somos un poco fatos. La expresión nos la hemos ganado".
Tiene su visión sobre el sector. "El comercio de Huesca desgraciadamente nos hemos venido a menos, como toda la ciudad en general. Yo recuerdo de pequeño hasta Lamusa, Albajar, Luna... Un sinfín de empresas que han desaparecido, magníficas, había un movimiento en Huesca tremendo. Eso no es achacable más que a la globalización. Ahora venden todo en todos los sitios y entiendo que al cliente de comercio le gustar comprar más en un sitio que tengas muchísima más oferta que la que podemos dar en un Huesca".
UN LUJO PARA LA CIUDAD
Eso sí, "podemos competir con una amabilidad, una cortesía, un consejo y que se sepa con su profesionalidad". Incide en las fortalezas. "El comercio de proximidad es un lujo para cualquier ciudad y cualquier sociedad. Vivir lejos de tu residencia no deja de ser un hándicap, una molestia. Bajas aquí, te encuentras al comerciante de toda la vida. Buenos días, Manolo, ¿qué tal? Bien, te he guardado el pan... Es un lujo para vivir. Las grandes superficies nunca me han gustado. Es más, me sientan fatal. Yo no voy si no me llevan. Motu proprio, jamás".
Se ha certificado para ser "perito judicial, tasador de alhajas, aprovechando tiempos que hemos estado cerrados por pandemia. Y aquí estoy esperando a cumplir los años para jubilarmente, aunque voy a encontrar cosas para hacer y hobbys para todo".
"La gente estamos cada vez con más limitaciones para llegar a final de mes"
Kiko Lanau tiene palabras de gratitud para las marcas. Fue uno de los primeros Swatch Store en España en una población tan pequeña, "y sigue siendo una pionera en el mundo, propietaria de grandes marcas y una de las multinacionales grandes del mundo de la relojería". Swaroski es otro gigante con líneas desde iluminaciones de aeropuertos, carreteras, óptica, la alta costura o la bisutería. Y Pandora fue un "fenómeno con el que empecé a trabajar hace veinte años, con una pequeña cajita como la de Pandora en la que había abecedario y horóscope. Y yo le dije a mi mujer: ¿cómo vamos a coger esto? ¡Vaya estrés! Y ella me dijo que le parecía bien y es increíble porque han pasado veinte años y trabajado cada vez más. Gente que publicitariamente ha hecho una labor extraordinaria a nivel mundial".
Reconoce que en su trayectoria comercial comenzó con "mucha fuerza también con la juventud. Luego fuimos madurando y trajimos para Huesca unas marcas muy importantes, porque ya en la joyería fuimos distribuidores de Cartier o Breitling que era muy difícil aunarlas en un solo establecimiento. En grandes ciudades, uno tenía Cartier, otro Breitling, otro Rolex... Conseguimos aunarlas en una y alcanzamos nuestro techo laboral y luego fue un declive tanto por la sociedad como porque hemos perdido un gran poder adquisitivo. La gente estamos cada vez con más limitaciones para llegar a final de mes".