Que la ciencia avanza que es una barbaridad constituye una expresión tan antigua que de hecho forma parte de la letra de La Verbena de la Paloma. Que hoy prácticamente nada sorprenda es también una verdad indubitable. Pero sí es cierto que la capacidad de asombro crece y crece. Es el caso de la contemplación de la nueva maravilla de la simulación de ACF Innove en sus instalaciones del Polígono La Magantina.
"Que no haya barreras de distancia y podamos movernos y ampliemos nuestro ámbito geográfico, que podamos movernos por cualquier punto de España". Es uno de los objetivos del proyecto "Simestruck", un simulador de altas prestaciones, "la tecnología está avanzando mucho y está bien que la aprovechemos. Nuestra experiencia nos está diciendo que se acelera el aprendizaje utilizando la simulación y nos permite trabajar situaciones complejas, de riesgo. Por lo tanto, es muy indicado que un simulador de este tipo se enfoque a conductores profesionales, e incorporando otro tipo de simuladores para acercarnos a conductor de vehículos ligeros o turismo. Trabajar en situaciones de emergencia, de poder saber frenar en situaciones peligrosas... Siendo autoescuela, es difícil trabajar estas circunstancias con vehículo real, y ese es el enfoque de este aula virtual que queremos llevar por toda España".
Fernando Viñuales, gerente de ACF Innove, está inmerso en continuos proyectos tecnológicos en sectores logísticos (el de la estiba en grandes puertos es una de sus estrellas) y de formación de profesionales y también de conductores -el germen de la empresa-, y la simulación ha sido una línea en la que llevan años avanzando. El futuro de la instrucción para los futuros usuarios del volante, en cualquiera de sus modalidades, pasa sin duda por este tipo de ingenios tecnológicos. De hecho, Simestruck ofrece la virtualidad en la conducción de cuarenta tipos distintos de vehículos, desde turismos hasta camiones, pasando por algunos estrictamente profesionales.
Los empresarios del Foro Huesca Excelente han admirado el simulador, que ha probado Fernando Callizo (con el aire acondicionado de frente porque contribuye a evitar mareos), ya que para eso tiene en su haber todos los carnets posibles. Asegura Fernando Viñuales que, "en el uso de simuladores ligeros, nuestros alumnos hacen un periodo de aprendizaje con simulación antes de examinarse. Estoy convencido de que puede hacerse, que se acelera el proceso y de que los resultados mejoran. Y, si dejamos volar un poco más la mente, la simulación no se queda en un entrenamiento. Nosotros visualizamos el empleo de simuladores incluso conduciendo vehículos reales. En un futuro quizás no muy lejano, igual que estamos hablando de la conducción autónoma, existe ese sistema híbrido de la conducción mediante empleo de simuladores para vehículos reales. Es decir, el conductor no tendrá que ir físicamente en un vehículo para conducir, lo podrá hacer en unidades como ésta, lo que implica de la mejora de condiciones de vida, de la conciliación, de reducción de riesgos y de todo. Estamos en un escenario de innovación tan acelerado que a veces nos frotamos los ojos para ser conscientes del cambio que está produciendo".
Es una hoja de ruta la de la empresa que ya acumula más de medio siglo de experiencia. "Nuestro primer simulador es de 2006, todavía lo utilizamos, es usable, pero la tecnología está haciendo que la simulación tenga grados de inmersión enormes y el precio sea accesible, asumible. No estoy diciendo que un simulador de altas prestaciones sea barato, pero sí que empresas como puede ser la nuestra podemos plantearnos incorporarlo como un recurso más en nuestro proceso de aprendizaje. No estamos hablando de simuladores como los de aviación que se mueven en cifras astronómicas de millones de euros, pero la evolución hace que la simulación esté mucho más cerca y accesible".