"Me llamo Yamina Caballero Martínez, 49 años, licenciada en Cultura Física y Segregación, y soy emprendedora del sector del bienestar emocional, físico y mental". Es la tarjeta de presentación de una oscense procedente de Cuba, donde disfrutaba de una "vida plena, satisfactoria y feliz. Desde muy pequeñita estoy en el mundo del deporte, empecé con apenas 5 años y ya con ocho ya estaba en una preselección de natación. Desde muy pequeña soy deportista y durante toda mi vida me he dedicado al deporte, he estudiado para el deporte, para el conocimiento del cuerpo humano a nivel físico, mental y emocional".
Yamira dirige una clase con un buen número de mujeres en el gimnasio singular que ha abierto en la calle Cabestany. Motiva y exige por cuestión de "salú". No en vano, es Yamira & Salú el nombre escogido por esta cubana que mima todos los detalles. En distintos grupos, está logrando el objetivo de "fortalecer toda la musculatura del cuerpo humano, seamos mujer o chicos. El suelo pélvico, el recto abdominal, el transversus abdominal que nos protege la columna y nos da esa fortaleza de la columna que vertebra y protege nuestro cuerpo, los tobillos que son articulaciones que fuerzan las cargas. Rodillas, caderas, fortalecemos hombros que las mujeres tenemos muy debilitados, codos, muñecas..."
Insiste Yamira Caballero en que el objetivo es llevar a la vida cotidiana el trabajo que se realiza en su establecimiento. "Que se lo lleven y lo empleen en el trabajo, en las casas, en el café, en las comidas y los momentos de relax".
"Encontrar el deporte ha sido su mayor logro" por encima del plano competitivo, pero además su palmarés es importante: Río de Janeiro 2007 Juegos Panamericanos, que "cogimos bronce donde ganamos a Brasil, en Brasil, eso no se me va a olvidar", novenas en el Campeonato del Mundo 2005 en Montriol donde "ganamos a Holanda que es un equipo campeón olímpico", Campeonato Centroamericano en 2006 en Cartagena... Son muchos más, pero se queda con esos.
En acción de justicia, recuerda a Francisco Trueba, el entrenador que no solo guio sus pasos deportivos, sino que le inculcó el compromiso con los valores del esfuerzo y con la búsqueda de sus propios sueños.
Parafraseando a Luis Aguilé, "cuando salí de Cuba para España, he vivido en Huesca y Zaragoza, porque me enamoré de mi marido, Ricardo Orús Rodes, nos casamos y aquí llevamos todos estos años viviendo desde 2008. En Huesca desde 2013. Sufro muchísimo el clima, creo que me moriré sufriéndolo, pero bueno, ya amo la calidad de vida que hay en Huesca, porque es una ciudad donde hay muchísima calidad de vida".
¿Y por qué afrontó los derroteros de protagonizar su propia empresa? "Tomé la decisión del emprendimiento gracias a la insistencia de mi marido de que tuviera que abrirme un sitio. Me costó muchísimo porque no tenía esa mentalidad. Crecí con la mentalidad de trabajar y hacer por amor y no por un interés económico. Pero una vez que me sentí segura, tiré para adelante y aquí estamos en esta experiencia que está siendo muy bonita y satisfactoria".
¿Resultó sencillo o ha sentido la soledad del emprendedor frente a la marabunta de dificultades? "Poner un negocio en marcha ahora mismo asusta mucho, da vértigo, da mareo, porque te lo complican mucho, hay mucha burocracia y, cuando eres inmigrante, te lo complican un poquito más porque generamos desconfianza. No entiendo por qué, porque tenemos muchas ganas de trabajar, muchas ganas de dar y muchísimas ganas de entregarnos en todos los aspectos a nivel profesional. Entonces, no entiendo por qué hay todas esas muchas trabas para un inmigrante, pero al final gracias a Dios se puede y en eso estamos: tirando para adelante".
Concreta: "Me hubiera gustado que me hubieran facilitado un poquito más temas de licencia, de apertura... Por lo demás, bien".
Una de las ventajas de Yamira es que tiene claro el foco de su acción. "El sentido y la filosofía de este centro es generar bienestar emocional, físico y mental, trabajando siempre desde dentro hacia fuera, no de afuera hacia dentro"..
Hoy por hoy, está plenamente integrada en el "ecosistema Huesca". Asegura Yamira que "en Huesca he comprobado desde que llegué que hay muchísima cultura de la salud física y de la salud mental. La gente tiene muchísimo conocimiento y eso es muy importante para la ciudad".
Está encontrando una respuesta excelente. "Realmente, los clientes entran con ganas al centro y salen además de con ganas contentos, felices, divirtiéndose y aprovechando esta oportunidad de trabajar con el cuerpo desde dentro utilizando el cuerpo energético y desarrollando la capacidad mental que tenemos".
Y, lo más importante, ha hallado el espacio para su compromiso con los clientes pero también con su trabajo y consigo misma. "Estoy muy contenta, feliz y muy agradecida por vivir esta experiencia de vivir de mi trabajo gracias a esta oportunidad que me han dado, con el apoyo de mi marido y muchas amigas y amigos".