Abraham Mateo ha dejado esta madrugada "locos enamorados" -como su gran tema- a más de siete mil espectadores procedentes de toda la provincia que han gozado en la explanada del Palacio de Congresos, que han cantado y han bailado con el compositor e intérprete de San Fernando.
El andaluz ha sido un dechado de simpatía y de entrega ante un público que ha agradecido su calidad vocal y la espectacularidad de su puesta en escena, muy bien medida. Quien saltara a la fama en el inicio de su adolescencia con Señorita ha repasado todos los grandes temas, como ¿Qué ha pasado?, Se acabó el amor, Quiero decirte y Clavaíto, que han copado las listaas de éxitos de nuestro país.
Ha respondido ampliamente a las expectativas Abraham Mateo, que ha derrochado sus dotes de cantante y también de bailarín, su aprovechamiento de esa inteligencia que demiestra sobre las tablas, donde ha combinado el pop y el reguetón, con especial atención a las piezas de su último disco, Insomnio, aunque ha sido generoso con algunas de sus composiciones más icónicas.
El público ha agradecido tanto sus virtudes musicales como su profesionalidad. No hacía falta ninguna comparación. Abraham Mateo ha lucido por sí mismo.
Y sigue la fiesta. Gracias al trabajo de El Veintiuno, como en el caso de Abraham Mateo, hoy canta la adorada Rozalén y mañana La Casa Azul.