Fernando Garasa ha disfrutado de sus vacaciones en su Huesca desde su residencia canaria de una manera singular: decidió que era un buen momento de homenajear, tres décadas después, a uno de los iconos de la movida oscense, el gran Cubitos.
Fernando ha pinchado discos desde las ocho de la tarde del Día Grande hasta la media noche en La Catalítica, y le ha sucedido el gran Kikeman, para hacer un tributo no sólo al establecimiento sino también a la música de los ochenta y los noventa que han llenado de encanto el bar. Recuerda Garasa que él fue "dj" en aquellos tiempos aprovechando su etapa estudiantil jueves, viernes, sábado y domingo: era el bar divertido de Huesca. Estaba estudiando y ganaba unas perrillas. Era un tema vocacional. No me dediqué ni me hice rico, pero me lo pasaba bien y al final lo que queríamos era retomar esos tiempos".
Considera el también propietario de la consultora turística Sergestur que "la música es un vehículo emocional y encontrarnos con un montón de gente después de treinta años va a ser emocionante. Es un instrumento magnífico para este tipo de encuentros".
Estaba emocionado Fernando, acompañado de Carmelo, propietario de La Catalítica, con el ambiente que se había recreado de aquellos tiempos. "Éramos jóvenes, teníamos ganas de hacer muchas cosas. Un montón de vectores muy positivos a la hora de intentar unirnos, pasarlo bien. Somos muy sociales. Un discobar es el sitio perfecto para ligar, para encontrarte. Y yo, que soy del sector del turismo, lo valoro. Quiero que la gente, cuando se vaya de la fiesta de hoy, se vaya con la alegría de haber vivido una fiesta diferente, diferenciadora, divertida y sobre todo emotiva. Ojalá este tipo de encuentros se puedan hacer en Huesca".
Afirma que a los que están en una horquilla de entre cincuenta y sesenta años la convocatoria le ha calado. "Que la gente se lo pase bien, es lo más chulo. Que encuentre un espacio como la Catalítica que diga: me lo he pasado fenomenal". Y ha agradecido el patrocinio a Distribuciones Blasco, además de la imagen diseñada por Diego Mínguez
Se confiesa fan, muy fan, de La Catalítica, por lo que representa de "lo ecléctico, la cantidad de gente que puede aglutinar, gente de todo tipo. Abarcamos todo tipo de público, porque ponemos música disco, española, reggae, africana... Este espacio es maravilloso. Queremos es que sea un punto cómodo y además para mucha gente que venimos de fuera a nuestra casa y queremos pasarlo bien".
Aclaración: el Cubitos sigue funcionando, o sea que tiene marcha.