Toda la luz que no se ha encendido en la pantalla de Lola Índigo ha iluminado desde la medianoche los cielos de Huesca con la primera colección de fuegos artificiales protagonizada por la Pirotecnia Oscense, que ha debido ser retrasada 45 minutos por las extremas condiciones de calor que han aconsejado esta medida. El resultado, sobresaliente.
Como es habitual, la colección preparada por la empresa oscense, en estos momentos la principal fabricante de material pirotécnico de todas las comunidades próximas, ha ido en un permanente in crescendo, como si fuera una obra sinfónica que requiere su tiempo para que la concentración y las muestras de admiración y sospresa aumenten a lo largo del espectáculo.
La visión de los fuegos ha sido magnífica. Este umbral entre jueves y viernes, todo ha sido precisión con el lanzamiento sincronizado y controlado de los tiros gracias a las baterías sincronizadas. El aplauso se ha escuchado desde los distintos puntos de la ciudad desde que se han podido admirar todas las formas, estruendos y coloridos, con el máximo nivel en esos círculos concéntricos progresivos. Realmente impresionante este estreno mientras se iba del calendario el día del patrón.