Huesca vivió una noche inolvidable este sábado, 3 de agosto, con el esperado regreso de Os Mainates a los grandes escenarios y ante una abarrotada plaza López Allué. La formación lo dio todo y el público se lanzó a la fiesta a tumba abierta, sin red, ensayo general del 9 de agosto. Ambiente laurentino total.
El grupo, que se despidió hace diez años de este tipo de eventos, ha querido hace una excepción para conmemorar el treinta aniversario de la peña 10 D'Agosto, para quienes ya actuaron en su décimo y vigésimo cumpleaños. El espectáculo fue para muchos oscenses que han seguido a Os Mainates desde sus inicios, un divertido viaje al pasado, lleno también de emociones y recuerdos.
Ayer volvieron a unir sus voces, sus instrumentos y sus ganas de divertirse con la música y hacer felices a los demás Javier Pérez "Pichetas", José Miguel Sistac "Jotero", José Juan Carranza "Lunchito", Carlos Ochoa, Javier Ruiz "Pichín", Luis Satué "Huguito" y Pedro Sierra "Pedrín".
Felipe Rico no pudo asistir, debido a compromisos laborales, y Carlos Luna, seguramente, les contempló y se sumó a la fiesta desde el mejor de los sitios, desde el cielo o allá donde esté. "No estarán físicamente, pero sí en el sentimiento", puntualizó Pichín, que fue el encargado de ir presentando cada tema, lanzó un mensaje de paz en el mundo y reivindicó la calidad de la empresa de sonido Rampa, que siempre les ha acompañado en este tipo de eventos.
Acompañando a la formación y dejando el pabellón familiar muy alto, se sumaron Lorién y Julia Sierra, hijos de Pedro Sierra y sobrinos de Carlos Luna. Como dijo Pichín, "dignos herederos, les corre sangre de Os Mainates por todas partes".
El espectáculo, nutrido siempre de música fundamentalmente tradicional y popular, comenzó con una mezcla de melodías de los valles del Pirineo, seguida de canciones de su disco y algunas novedades. Incluyeron algunos temas que recogieron en sus viajes a Colombia, México y Sarajevo, además de piezas de la Ronda de Boltaña, la Orquestina del Fabirol y el Val d’Echo.
En la recta final, Ana Lite, presidenta de la Peña 10 D'Agosto salió a recibir la felicitación de Os Mainates, varios presidentes peñistas y de todo el público por sus tres décadas de existencia.
La noche deparó otros grandes momentos como la jota que cantaron al alimón Pichetas y Jotero, "Que jaleo lleva el tren", y culminó con "La farra", un himno para varias generaciones de oscenses y la repetición en los bises del "Carabiru" de Casbas de Huesca, para despedirse al ritmo de la música de Las Espadas de los Danzantes de Huesca.
EL BARRIO DE SAN MARTÍN
Como recuerda Pedro Sierra, la mitad del grupo se conocía desde críos, del mundo de la jota. "Casi todos estábamos en la Agrupación Folklórica Santa Cecilia con 13, 14 o 15 años", y el barrio de San Martín, con sus primeras rondas, fue el punto de encuentro que los unió a todos.
Fue el hostelero Lorenzo Acín quien los animó a tocar en eventos sociales alrededor de 1986, en bodas, bautizos y comuniones. La primera actuación de Os Mainates fue en una cena de Peña Guara en la Venta del Sotón, con una formación inicial que incluía a "Pichín", "Pichetas", Carlos, Felipe, José Juan, "Jotero" y Pedro.
En 1995, en una experiencia inolvidable de cuatro días en Bosnia, coincidiendo con Nochebuena y en colaboración con la Cruz Roja, actuaron en varios campos de refugiados y cuarteles de la Agrupación Aragón, a los que también llevaron regalos.
La evolución del grupo fue progresiva, fueron cociendo su trayectoria a fuego lento hasta convertirse en un referente. Después de una década, este reencuentro "a gran escala" con el público fue muy emocionante, ya lo había comentado previamente "Pichín" a este Diario: "Por un lado, mucha ilusión, pero también cierta responsabilidad y nervios".
Los aplausos y los gritos de los asistentes demostraron que Os Mainates siguen siendo muy queridos. Su éxito, Pichín considera que su conexión con la audiencia se debe a que todos son "muy transparentes y muy normales, y eso se agradece". Y así es, el público oscense reafirmó con su entusiasmo que, aunque pase el tiempo, el cariño por Os Mainates es patrimonio inmaterial de la ciudad.