Roldán del Altoaragón y el Canto de Aragón a voz limpia desatan la locura en el Parque de Huesca

El público presente en el Paseo Carlos Vidal acaba entusiasmado con un programa delicado y bravo a la vez con toques novedosos

12 de Agosto de 2024
Roldán del Altoaragón y el gran momento de su actuación en el Parque Miguel Servet de Huesca

Roldán del Altoaragón ha exhibido en la segunda sesión de jota en el Parque Miguel Servet su humildad para hacer grande el folclore. Tal ha sido la fe y la creencia del espectáculo conducido por José Luis Urbén que los seis cantadores se han salido de la ortodoxia en El Canto de Aragón y han ofrecido un remate a capela que ha acabado por enloquecer a un público que se ha lanzado a proclamar "¡Bravo!" en justicia, porque ha tenido su punto de bravura y autenticidad.

Seis voces, un buen grupo de baile y una rondalla. Suficiente. Muy holgado. Representación, además, de Aragón de norte a sur. Los hermanos Urbén, José Luis y Lourdes, de Villanueva de Gállego y a mucha honra. Lucía Claver, de Samper de Calanda. María Gervás, de Esplús. Carlos Solans, de Santalecina. Y Maxi Miravall, de Maella. Pero todos ellos convocados para esta cita por San Lorenzo y por Huesca. Y a fe que han cantado bien a la ciudad a la que pertenecen vía Roldán y a la provincia.

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Porque iba a ser una demostración de la riqueza y los contrastes de Aragón, todo se ha iniciado con unas Danzas Andorranas, con tanta verdad que eran momento de solaz en torno a las faenas del campo.

Se arrancaba delicada Lourdes Urbén con "Dijo una moza con pena", que nunca se vuelve vieja al mirarse en el espejo. Y le sucedía Carlos Solans con una alusión a los Danzantes de Huesca entre palos y espadas, para llevar a San Lorenzo en el corazón y a Huesca en el alma. María Gervás desafiaba al aire con su voz con "El pañuelico"  al que llora por el corazón afligido, con los amores de la jota. Maxi Miravall elevaba su chorro de voz a "Los altares".

La Jota de Aguas manifestaba toda su bravura con el recuerdo al gran Carmelo Betoré (del que se cumplirá el centenario de su nacimiento en apenas dos años), coreografía vertiginosa que demanda un gran derroche físico en medio del calor de la canícula. 

Y ahí que iba José Luis Urbén, que no necesitaba reclamar con su humor característico el aplauso final (también por ser "guapo") que el respetable le brindó encantado. Con ese buen gusto suyo, proclamaba que "para campana la de Huesca, la que hizo Ramiro el Monje, que sonó por todo el mundo sin llevar hierro ni bronce". Lucía Claver ponía el aroma de la albahaca con sutileza. Le sucedía Carlos Solans con remedios para todo aquel que tenga penas en el refugio de la madre. Y Lourdes Urbén cantaba que en la tierra de Aragón, a todos los que vivimos, cuando llega San Lorenzo, nos sonríe el corazón

Uno de los grandes momentos cumbres, la épica zarzuela Gigantes y Cabezudos musicada por el maestro Manuel Fernández Caballero con libreto de Miguel Echegaray y Eizaguirre. El despliegue energético del cuadro de baile es asombroso y el público prorrumpe en una sonada ovación. ¡Que viva la Jota, que viva Aragón!

El espectáculo prosigue tras este clímax con María Gervás, "tú eres para mí el bien de mi vida". Maxi Miravall entona que "donde hay amor hay celos, hay flores donde hay espinas". Y Lucía Claver pone a todos los pelos como escarpias con su Magallonera, "anda y dile al Santo Cristo". La velada se hila por la oración. Cierra este turno José Luis Urbén, que asegura que a belleza de mujer ni a sonido de campana hay ciudad que le gane a Huesca, "ni la hubo ni la ha de haber".

La Jota Vieja se baila en tono de la magia que tiene Huesca va de albahaca, del Isuela y de sus fiestas, San Jorge, San Lorenzo, San Martín y en enero San Vicente.

LA EMOCIÓN SUBE DE TONO

La emoción sube de tono con el dúo de Lucía Claver y María Gervás, espléndidas. La pieza "De Aragón, Rioja y Navarra" es una preciosa declaración de hermandad en forma de pasodobles con el sello de Ángel Sáez de Benito. El vino y el buen temple de las tres tierras.

La Jota de Ta y Te, vigorosa, da pie a la habanera Volver a Ejea es absolutamente subyugante, nos conduce a los viejos tiempos de una emigración distinta. "De las Cinco Villas la primera, donde los caballeros son de veras, donde encontré el amor por vez primera. En este lugar nací y esta es mi tierra, en ese lugar morir también quisiera".

Cuadro de baile de Roldán del Altoaragón

Anunciaba José Luis Urbén, que cumple ya treinta años de dedicación a este hermoso arte, que el Canto de Aragón iba a ser distinto, con una versión que esperaba que gustara. Y a fe que lo hizo. Los seis cantadores entonaron, primero Lourdes, María y Lucía, luego José Luis, Maxi y Carlos, posteriormente al unísono, "el canto que en mi voz me alegrará". En una construcción y deconstrucción, de la coralidad a los dúos alternativos. "Ese canto de Aragón que hace vibrar mi corazón". El resultado era imponente, hermosísimo. Y, repentinamente...

El asombro. El mejor regalo que se le puede dar a un público. Micrófonos abajo y, entre el cielo y el suelo del Paseo Carlos Vidal, sólo las voces, desnudas, a capela. "Es la jota de Aragón que más bravura alcanzará cuando canto en oración a nuestra Virgen del Pilar". Un final de jota en todo lo alto, en el cielo para disfrutar en la tierra. No había "¡bravos!" suficientes para corresponder. Una maravilla se había cernido sobre Huesca.

Estaba en tal tope todo que la Jota de San Lorenzo fue un festejo jovial para abrazarse, para dar palmas, para bailar en grupo, para celebrar ese giro en fila prodigioso, para sentir la identidad de los oscenses. Y para lanzar la bienaventuranza a los humildes, como Roldán del Altoaragón, porque ellos nos han hecho alcanzar el techo celestial.