La capilla del Santo Cristo de los Milagros ha vivido una tarde de miércoles íntima y hermosa con el estreno por parte de la figura del Crucificado de un nuevo manto, obsequio de la Real Cofradía de San Lorenzo en correspondencia y justicia a la generosidad de la titular de este espacio catedralicio cuando fue necesario, por imperativo de una amenaza vía judicial, cambiar los faldones de la peana del santo diácono y mártir oscense.
Aquella exigencia, sobre la base de la Ley de Memoria Democrática que un ciudadano reivindicó al interpretar mensaje franquista en los faldones bordados por Antonieta Sanagustín que vistieron en 1957 la peana abonada por suscripción popular de centenares de oscenses, puso en un aprieto económico a la Real Cofradía de San Lorenzo, en una de las mayores zozobras de sus ochocientos años de existencia.
Acudieron prestos a socorrer esta exigencia tanto el Ayuntamiento de Huesca como la Cofradía del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo Mártir, con una generosa donación que permitió afrontar con el complemento de los fondos propios los faldones encargados a la tienda especializada en confección Larraz de Zaragoza, por un valor de 12.000 euros.
Amor con amor se paga, la Real Cofradía de San Lorenzo ha querido contribuir al hermanamiento que ya es firme por acuerdo de ambas asambleas y ha colocado el manto al venerado Santo Cristo de los Milagros en una ceremonia presidida por el vicario general, Nicolás López Congosto, junto al deán de la Catedral, Juan Carlos Barón, con presencia del presidente de la Real, Joaquín Almerge, y su homólogo del Santo Cristo de los Milagros.
La oración acompañó esta tarde de miércoles al cambio del manto del Santo Cristo de los Milagros, que luce ya un precioso color rojo que simboliza la sangre del Señor que todos los cristianos tienen en su iconografía, en este caso acompañada por la del martirio de San Lorenzo expresada en la parrilla que luce sobre el tejido.