Ayerbe ha celebrado este sábado el día grande de la programación en honor a Santa Leiticia y el alcalde, Antonio Biescas, lo tiene claro: "Las fiestas son una oportunidad de promocionar nuestro pueblo al exterior" y ha animado a vivirlas.
Y es que la villa, su municipio entero y todo el territorio del Reino de los Mallos tiene un potencial turístico tan importante, que se están dando pasos para dar un impulso a este sector. Antonio Biescas destaca que, además de las posibilidades que ofrece la naturaleza para practicar deportes de aventura, también hay "un turismo cultural muy importante" con el Castillo de Loarre como referencia, la Colegiata de Bolea y la Virgen de Casbas de Ayerbe, que la localidad debe liderar con festivales tan importantes como Brizna o Jorearte.
A este importante objetivo va a dedicar el Ayuntamiento parte de sus esfuerzos en los próximos meses, como a otros proyectos importantes que se encuentran ya en marcha como la finalización de las obras de ampliación del colegio, "que permitirá ofrecer a los escolares un mejor servicio", y la rehabilitación de las viviendas que, con una subvención de la Diputación de Huesca, le compraron a Adif.
No menos importante para el pueblo va a ser la finalización del parque industrial de Ayerbe. "Es de propiedad privada -recuerda el regidor-, el proyecto está entregado y se encuentra en proceso de licitación de las obras. Ahora, el Ayuntamiento tiene que intentar impulsar con los propietarios esa infraestructura para que puedan venir empresas y dar oportunidades de empleo a los vecinos del Reino de los Mallos".
Biescas se ha mostrado muy satisfecho del desarrollo de las fiestas, por el buen ambiente que ha imperado, la alta participación y las condiciones atmosféricas que también han acompañado y que han permitido que se vivieran en la calle, "como debe ser".
El alcalde ha permanecido de principio a fin al pie del cañón, sin apenas tiempo para el descanso. "Si algo caracteriza a las fiestas de Santa Leticia es que tienes actos desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la mañana del día siguiente y, si no te quieres perder nada, tienes muy poco rato para dormir". Porque cada acto apareja una importante labor organizativa y también hay resolver problemas que van surgiendo.
Lo que más le gusta a Antonio Biescas son los toros de fuego. Los corrió de niño y los lleva desde hace 25 años. "Si no hubiera toro de fuego se perdería prácticamente la esencia de las fiestas", asegura.
Por si fuera poco, también es uno de los porteadores de los gigantes, pero le quita importancia a tanto jaleo. "Esto es sacar un poco de fuerza, alimentarse bien y tener ganas de fiesta", resume.