El cohete anunciador abría el telón de la fiesta el jueves por la tarde, preámbulo de la cena popular en la plaza del pueblo. Comenzaban cuatro días de festejos muy esperados tras dos años de sequía festiva por la pandemia.
Gracias al excepcional trabajo de la comisión de fiestas, se han ido sucediendo las actividades que han inundado de alegría y música las calles del pueblo monegrino. Desde paellas con aromas valencianos a exóticas fiestas hawaianas, pasando por el entrañable homenaje a los mayores o la misa baturra interpretada por la Rondalla de Grañén.
Cómo en cualquier fiesta que se precie, la música ha hecho bailar y cantar a los habitantes del Rebalsal, orquestas y discomóviles han amenizado las noches y la charanga acompañó a los susinos en la recogida de tortas, una ronda por las calles del lugar en la que los vecinos sacan a la puerta de sus casas todo tipo de viandas y las famosas tortas, que acompañarán el chocolate de la mañana del domingo.
El día de la patrona, la virgen de la Merced, es el más esperado por todos. Tras la misa baturra el pueblo se junta alrededor del vermú y, después de la comida, se ensalza la figura de los mayores del lugar con un concierto y la entrega de un obsequio a todos los presentes. El café se llena de anécdotas e historias de otros tiempos, memoria de un pueblo que encara el futuro con ilusión e incertidumbre.
El alcalde de Montesusín, Carlos Allué, muestra su satisfacción por la alegría vivida estos cuatro días de festejos: “La valoración de las fiestas de la Merced no puede ser más positiva. La patrona ha traído agua y gente a este pueblo de Monegros en la mayor de las armonías”. También ha querido poner en valor el excelso trabajo que realiza la Comisión de Fiestas durante todo el año, para que brille con todo su esplendor en el arco festivo. La idea de llegar a todos los públicos hace que todos y cada uno de los actos tengan la mayor de las implicaciones. "Sobre todo quiero agradecer la participación de la gente y el trabajo de la Comisión sin la combinación de ambas sería imposible poder celebrar y disfrutar de La Merced”
La fiesta cerrará sus puertas hasta el próximo año con el concurso gastronómico y la feria del jamón. Otra vuelta al sol anaranjado de los Monegros para templar las gargantas y volver a gritar: ¡Viva la Virgen de la Merced!