Cuando contemplo la afortunada trayectoria del logotipo de Anayeta, criatura de Ana Resya, concluyo en que 2023 ha sido el año de Anayeta. El gesto malhumorado de esa vaca que devora una pilona es el resumen gráfico más acertado del sentir de la naturaleza frente el proyecto de aniquilar Canal Roya con una telecabina. Pero Anayeta no sólo se ha erigido en el rostro de la defensa de este territorio. Anayeta a través del movimiento ecologista y de las redes bien trazadas por él, es la voz que clama también contra los desmanes cometidos y amenazas pendientes en otras partes del Pirineo.
Anayeta ha estado presente en las diversas manifestaciones con que la ciudadanía ha llenado las calles con su mensaje de oposición a la destrucción de la belleza y a la implantación de un modelo económico carente de futuro. Pero además, Anayeta ha viajado a Bruselas a denunciar el uso de fondos next generation, ha presidido foros, ruedas de prensa, ha acompañado mochilas de cimas y horizontes, sesiones de estudio y divulgación. Anayeta se ha merecido la inspiración, partituras y travesía de escritores, músicos y alpinistas. Y es que Anayeta, que no cesa de rumiar su lúcido argumentario, confirma y denuncia que la nieve apenas acude ya a convocatorias olímpicas y que las estaciones de esquí no sobrevivirán por mucho que se vistan de blanco artificial.
Este anayético 2023 ha sido también el año en que los clubes de montaña más responsables y coherentes han expresado su discrepancia con la mediocridad de la Federación Aragonesa de Montaña y sus ridículas excusas para no oponerse a la hecatombe en el Pirineo. Bravo por ellos y por el punto aparte que 2023 ha significado en el pesebre de la FAM.
En junio de este 2023 cupo a la Plataforma en Defensa de las Montañas el honor de homenajear a Eduardo Martínez de Pisón en el Paraninfo, a modo de compensación hacia el ilustre y querido geógrafo por la negativa del gobierno autónomo mostró al concederle el Premio Aragón de Medio Ambiente. Y ahí estuvo Anayeta en el Paraninfo, en la casa de la cultura, en una inolvidable velada que estrechó lazos y confirmó que la sociedad diferencia entre valor y precio.
Anayeta, embajadora de la montaña, portadora de alertas y esperanzas. Anayeta, la que se asoma por el vermut solidario del Pottoka zaragozano, por las jornadas del XXV aniversario de Ecologistas en Acción en Zaragoza. Anayeta, la que mira acusadora desde ventanas y balcones, la que se columpia en cadenas humanas, la que se ha multiplicado en cada mano que ha repartido pegatinas, recopilado fotos y textos, mantenido blogs y redes sociales, sonríe satisfecha de su 2023
Ahora, Anayeta piensa ya en el gran concierto Canal Roya Fest del 24 de febrero porque sabe que en 2024 seguirá protagonizando muchos momentos hasta conseguir que sea una realidad el Parque Natural de Anayet.