Luis Iribarren

Aragonesxs: Hijos del lindano

Abogado
13 de Octubre de 2024
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El pasado sábado hice en tan mala hora, aunque también buena, la senda amarilla y subí a Ainielle desde Oliván. Impecable la organización de su asociación O Cumo, no por ella mi día fue agridulce tirando a vinagre de oferta. Tampoco porque me acabarabajando porque se me despegaron las suelas de las botas (por ponérmelas vintage y que fueran con las que hice el Berdún-Finisterre y vuelta), uno de los patrol de Protección Civil con un voluntario de Sabi al volante.  Porque…

Kió, esto es Sabiñácido, aquí crecemos fuertes bebiendo lindano

Recomiendo que sigáis las enseñanzas de mi abuelo pastor y siempre llevéis algún calcero de repuesto cuando subáis a evangelizar al monte bonito con vuestra presencia, lo que no hacéis tanto con el Sistema Ibérico.

Puto aire tóxico, kó, aquí los cerdos que tenemos se alimentan de polí…ticos

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Como sufro por las ruedas de los autos y cogía todas las piedras de la pista de Susín el chófer, le espetec (de Casademont): Jodo, cómo está la pista, parece Etiopía donde nace el Nilo Blanco (para los aficionados a no seguirme, en Amhara donde diluvia). A lo que me contestó con sabio somardismo “sabiñácido”… Pues esto es una autopista, calcula cómo están más arriba…

Y fue el mejor momento de la jornada, junto con pasar un rato en el molino de Ainielle, volver a probar las sopetas de melocotón con vino como las de las fiestas de O Pueyo de Chaca de mi chobentú y disfrutar del speech agridulce de Enrique Satué, cuyo libro “Pirineo y Manta” me parece la biblia de lo último que quedaba por escribir antes de que los de la tribu pirenaica cultural pasemos a mejor y, menos mal, anónima vida.

De la que solo nos sacarán “Los hijos del Lindano”: porque, tienen toda la razón, Labordeta hoy haría rap.

Sorpresa… La ciudad se está inundando… Somos la mirada que olvidasteis en los ojos de tu abuelo…

Qué pesadilla subir con los del Concilio Vaticano II de los grupos de montaña, siempre tan felices por conquistadores, que se saben de memoria toda la alineación de picos de los Alanos , te dicen cómo coger un avión a Tíbet a pesar de que sea viajar con un grupo de parlantes en español –porque el panorama es grandioso- y se pasan lista de los lugares a los que no han subido y de la definición de rebollón. Conversaciones siempre lideradas por mastos.

Hasta Satué sintió que subir una manada así al pueblo de sus antepasados de romería no es más que eso: la sacralización sin profundizar de la despoblación a la que todos hemos contribuido.

Nos gestionan el nombre de la mano de Aramón, pero el monte que conoces es de Decathlón.

Qué desazón la de hacer parte del camino con una trabajadora social bien abnegada y despierta que prestó servicios en mi lugar siendo de cerca y me preguntó sobre todos los muertos y vivos hoy de 90 años a los que les tramitó expedientes administrativos pero no ha vuelto a ver en 20 años, porque ya no forma parte de su programa de trabajo. Pero que el amor y subir a Iguácel, su hija estudiando fuera una especialidad cojonuda de carrera para la que no hay puestos de trabajo en Jaca y… Y los Hijos del Lindano escribiendo… (luego no digáis que no hay otro modelo, hasta el de ser uno mismo…)

Somos la casa que se vuelve a levantar, del viejo país que soñaba con el mar

Qué tristeza vislumbrar, como sucede en Berdún, la falta de relevo de los organizadores de “O Cumo” de Oliván. Cómo el peso para disfrute de cuatro letraheridos de 40 años lo llevan gentes de 70 que se molestan en ir a buscar tortas recién hechas a Biescas a las 6 de la mañana, hacer termos de café, un respetable melocotón con vino y un chocolate pasable pero suficiente a las seis de la tarde. Lo mismo que en Berdún el de las Ferias, donde además María Luisa, Raquel, Loli y tantas otras aún se molestan el rallarlo y me dan ganas de espesarlo con lágrimas, pero son saladas (que igual lo potencian).

Qué murga la del folk recetado para dejarnos en los 80, la de la campaña Anayeta plantándose 3000 coches en el Anayet para reivindicar, qué puta pereza volver a Ixo Rai y las rondas con acordeones para cuatro urbanitas bailando pasodobles después de hollar sus objetivos, entonando himnos de la montaña que no saben los nuevos alumnos de aragonés, auto proclamándose la única actividad posible a programar por el Ayuntamiento de Biescas… Pisando todos los asistentes las tumbas sin limpiar de las nueve familias de Ainielle, lo que pasa ya en Huértalo y nadie lo sabe y, como dice Peter Rich, lo que sucederá en Berdún 2050 con hoy ya muerte vegetativa, la siguiente lluvia amarilla.

Tu pueblo se desangra por una ley de mierda que, como siempre se ha firmado en la ciudad… (ahora como te descuides será la Zaragoza de Hipólito y Emilio Gastón que ya no están para miraros desde su estatura moral).

Bien se me valió el sábado pasar un rato oyendo en Sabi a los Hijos del Lindano, cantando rap conjuntamente con los africanos que todos hemos aparcado en el cuartel-albergue de Puente Sardas. Han hecho hasta música a medias. Y, sí, como a Luis Lles resucitando el festival Periferias en Ayerbe y Almudévar, a todos nos une la música. Nuestra música que tiene raíces.

La fiesta “Refugees Wellcome” sabemos que no representa el sentir ni de los hijos de los obreros de Aragonesas. Determinados empresarios han esparcido que, intentadas ofertas de trabajo a los nuevos hijos de Sabi-Mali, las no gubernamentales que se justifican porque los cuidan a precios de contrato o convenio administrativo dizque se han negado a que las acepten.

Eso no cuenta ni afecta a mi estado de ánimo al que le está calando ese mensaje, que abomina del postureo de la izquierda montañera cuando van a divinizarse y te cuentan porque estás detrás su último viaje al Aconcagua o Nueva Zelanda de garbanzo negro con contractura… Que te obligan a volver a los cansautores que narraron una lucha que no dimos…  Nadie entre ellos se imagina a los únicos oscenses diferentes al grito…

Rap de pueblo, no crecimos en ciudades, no tuvimos jams, tampoco festivales… No había rap por estos lares… Todo empezó en el insti, aburridos por aquí…

Vale más solo una frase de uno de los Hijos del Lindano cuando un educado africano quiso bajar después de rapear con ellos un tema que le dijo: no te bajes, quédate a bailar y cantar la siguiente… que toda la monserga neopagana, la misma que va a ver apariciones a la iglesia de Orante y con sucursal en Chaca, sube a ver el palotiau de Yebra a Santa Orosia. Calculo que todos los danzantes ya serán sus hijos de la emigración.

Hijos del Lindano, sois mi religión, lo único que nos queda de pensamiento crítico oscense. Gracias por regar mi orgullo obrero y hacerme creer que integrar no es un mensaje institucional a lo Borbón y grabado por el CSID.

Nadie me quiere aunque eso no lo digan, según parece tampoco me necesitan.

Y gracias por gritar en la noche de Sabi: “Somos los abuelos de Uesca”. Bien visto, compañeros. A seguir sembrando y regando, aunque el agua baje revuelta y envenenada. Los Hijos del Lindano, de Sabi y Binéfar, aparecen con mascarillas de Daft Punk pero esta vez con razón.

A los directivos de Inquinosa, que recojan con la lengua cada gota que haya quedado en cada bolsa.

Soy “La Lluvia Amarilla” que luego se limpia.

(en cursiva poemas de los Lindano, adobando el mondongo)

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