No es s normal que en España tengamos once propuestas para poder elegir en unas elecciones generales. Los nuevos gobernantes tendrán cuatro años para solucionar los problemas de España, esperando que el tren no descarrile antes de llegar a la última estación.
Pero lo más importante lo tenemos en dos partes de España, que quieren estar “fuera pero dentro del cotarro”, con mucha población y con mucha economía.
Quieren estar fuera del control nacional, pero quieren estar dentro para aparar el cazo económico y poder votar en unas elecciones generales que sólo les sirven para conseguir poder, y después poder extorsionar.
Al independentismo, se le debería prohibir el voto a nivel nacional, para dejar el campo limpio de malas intenciones, y que los resultados fueran los que verdaderamente quiere la España que construye.
El bloqueo no es ni más ni menos, que una extorsión orquestada de ideologías que en su hoja de ruta sólo existe el ganar, y casi siempre ganar suciamente.
En España será muy difícil formar gobierno, por las muchas tendencias que actúan en el tablero de la gobernabilidad. Pero aún será más difícil mantener dicho gobierno con vida para solucionar los muchos problemas que tenemos en España.
El que paga y no recibe tiene una visión de España. Y el que recibe y no paga, tiene una visión muy diferente. Por eso, poner en sintonía polos tan opuestos siempre será complicado.
En muchas ocasiones criticamos a los políticos y sus partidos, pero no hemos de olvidar que son los votos los que les dan el poder y el dinero para gobernar de una forma partidista muy alejada de lo que sería justo para todos los españoles.
En esta campaña se nos ha dicho, es necesario ganar para avanzar en derechos y libertades. Olvidando que todos deberíamos tener derechos, no sólo obligaciones de una parte del tablero.