Celebro que anuncien el inicio de obras en el llamado espacio de Harineras. Y lo celebro en la medida que mi pesimismo me llevaba a pensar en la escasa y lenta gestión municipal en materia de vivienda y urbanismo, remitiéndome simplemente a los datos, a la realidad y a la complejidad normativa. Casi es el parto de los montes asistir al comienzo, tras un largo y sinuoso proceso preparatorio, y por tanto, lo que aún queda, pues se inicia ahora el camino de toda una pieza de ciudad, de unas 1200 viviendas en una superficie de 8 hectáreas. No habrá un super espacio significativo, pero si buenos ámbitos libres para el peatón.
Hablamos de una asignatura pendiente y positiva, salvo el señuelo de pedir nombres de calles relacionadas con las fiestas oscenses, que no pareció relevante, ni afortunado. (Si quieren un nombre, puesto que las fiestas de Huesca tienen un alto componente taurino, sugiero poner el nombre de Federico García Lorca que glosó la vida de más de un torero y la alegoría que supone lo taurino, amén de su excelente obra poética y teatral, malograda con su asesinato. Aprovecho para decir que hay demasiadas referencias a la albahaca y a lo estrictamente local y pocas culturales importantes, de una escala mayor o nacional.
Volviendo a Harineras reitero positiva la iniciativa, que viene acompañada con mucho márquetin, señalando que en la medida que se han incluido los gastos de traslado de las industrias harineras, la que funcionaba y la que no, en su momento, los costes de urbanización son más elevados y por tanto las viviendas no serán baratas, añadiendo que la construcción resulta hoy más cara, por el aumento de los principales materiales. Y eso que, en todos lados, la relación de constructores y promotores es muy desigual, abundan éstos y escasean aquéllos, como lo de la mies abundante y los obreros escasos.
Ese espacio de Harineras, en otro tiempo la zona industrial histórica y alejada del centro, es hoy ya un ámbito céntrico. La relación con su entorno, respecto de todos los servicios urbanos, especialmente con el saneamiento y con la vialidad y cercanía a la estación intermodal, y en concreto con la prolongación de la calle Teruel, resulta una cuestión que debe ser tenida en cuenta, para culminar los anillos de ronda o circunvalación de la ciudad que han venido manteniéndose desde los viejos inicios del planeamiento urbano de la ciudad.
Respecto al cruce de las vías y prolongación con la calle Teruel, lo considero necesario para mejor hilvanar y relacionar importantes espacios residenciales de la ciudad, tanto de la zona de los Olivos, como la de la Encarnación. Es el Ayuntamiento quien tiene la primera y la última palabra. No le irá mal que recabe ayudas donde proceda. (O lo intente). Entiendo que un paso aéreo no tiene gran sentido por su impacto en la centralidad y dificultad para el peatón, ni tampoco cabe pensar en el traslado y alejamiento de una estación que resulta ser nueva y central, lo que parece un sueño alejado de la realidad ferroviaria nacional.
Tampoco se mejora si no se hace nada. Obvio que no afecta al espacio de Harineras, de forma exclusiva, pero parece importante que se considere y tenga en cuenta esta cuestión de conectar con el llamado Cinturón de ronda (calle Almudévar) que necesariamente deberá asumirse algún día, y cuanto antes mejor. Y, de paso, añadir que, si estuviera hecha, los costes de urbanización de Harineras serían algo menores.
Celebro, cómo no, que se acometa la obra. Que hagan algo y bien es lo deseable. La construcción y la arquitectura tienen mucho que decir.