De asesinar a legislar: la dulce derrota de ETA

09 de Octubre de 2024

Nunca he creído en la pomposa expresión por activa o por pasiva: España ha derrotado a ETA o ETA ha sido derrotada. Con cerca de trescientos asesinatos por esclarecer y los etarras viendo mejorar sus condiciones penitenciarias hasta su salida triunfal, no creo que haya motivos para solazarse. Las familias de las víctimas han pagado con la sangre de los suyos las infamias políticas, en mayor o menor grado.

La coyuntura actual ha dictado sentencia. ETA ha cambiado el tiro en la nunca por el mando en plaza en el Congreso. Peculiar forma de derrota. Una derrota dulce, un a modo de venganza servida en el plato frío de las debilidades del poder. Una reversión del orden democrático establecido. A través de su brazo político, trufado de compañeros expertos del tiro en la nunca, ha cambiado la redacción de las cartas del impuesto revolucionario por los textos legislativos que trasladan a Bolaños-Marlaska (¡vaya par de gemelas!) y tragan cinco diputados mequetrefes (la vergüenza de la abogacía española) de PP y VOX. Todo confluye en el triunfal desfile bilduetarra en la Carrera de San Jerónimo.

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Mientras Chapote y Cantauri (en grafía española) doblan la ropa para meterla en la maleta que les dejará en los pueblos donde serán aclamados con pancartas, txistularis y ferias en las que los niños disparan tiros a muñecos vestidos de guardias civiles, los cinco diputados de la derecha tienen tiempo de pensar que no son dignos (ni sus asesores) de cobrar un sueldo de nuestros impuestos. Y Pilar Alegría debiera dedicarlo a reflexionar sobre la ética, ella ministra de Educación, de ufanarse obscenamente de un error que va a permitir a su gobierno el "honor" de dejarnos en las calles a merced de quienes mataron a novecientas personas queriendo asesinar a España. La desmemoria de la que, Dios no lo quiera, aspira a ser presidenta de Aragón no le permite recordar que su partido, en la prehistoria de la época sanchista, procuró el alejamiento de las cárceles vascas y el cumplimiento íntegro de las penas de los terroristas. Y que enterró a Fernando Buesa, Fernando Múgica o Mariano Carrasco, entre muchos otros compañeros. Donde dije digo... Sinceramente, Pilar, al error de los parlamentarios de PP y VOX le veo tan poca gracia como a tu autocomplacencia en la renuncia a la moralidad.

Los ciudadanos, que debemos tener conciencia crítica y apego a la moralidad, tendremos que escoger entre la picaresca malsana de una mayoría parlamentaria que legisla paralelamente a los decretazos del gobierno buscando meterle goles al contrario dormido, aunque en ese sarcasmo se hundan los pilares del Estado de Derecho ya agónico, o la estupidez de diputados de la oposición que no han entendido que el servicio a España no admite de perezas ni negligencias. Obligar al jefe a pedir perdón es un motivo más para que recojan sus despachos en San Jerónimo y se vayan a los suyos. Nadie olvide, eso sí, de quién es la aberrante iniciativa de permitir el ordeno y mando de los etarras para prolongar su poder sin sentido ni otro fin que la vanidad y el sueldo.

Que ETA no ha sido derrotada y que hemos malgastado vidas para nada lo ha puesto en evidencia, otra vez, Maite Araluce. A Marlaska, el amnésico alter ego de aquel juez amenazado por ETA, le ha replicado con certeza, ingenio e indignación la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Explicó ayer el ministro en una convención mundial de éstas que las víctimas están en el centro de todas las políticas, y le reprochó Araluce que quienes están en el centro de todas las políticas son los terroristas. Legislando, que es gerundio. Para vergüenza de un Estado misérrimo en su ejercicio ético. ¡Menuda derrota la de ETA!