Vuelven a tronar las palabras de Sánchez multiplicando numéricamente ("5 o 20 veces") con su negación ("Con Bildu no vamos a pactar") la de San Pedro a Jesucristo. Ha quedado superada la profecía de Pilar Ruiz, madre de Joseba Pagazaurtundua, con Patxi López: "Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y diríaas y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. a tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado los muertos!"
Incluso para la clarividente madre de Maite Pagazaurtundua lo sucedido en la jornada de ayer ha excedido todos los límites. Bildu ha asaltado los cuarteles de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, del Ejército. Esta vez no han sido sus efectos, los féretros, la Goma 2 o las pistolas mediante. Ahora han penetrado alevosamente con un salvoconducto firmado por Pedro Sánchez, otorgándoles la impunidad que debiera negarles el Estado de Derecho. Quizás haya pocas lecturas tan preclaras como la de Maite Araluce en El Debate: Se les está dando lo que no consiguió ETA matando; nos podíamos haber ahorrado tantos años de dolor. No soy original, pero es una expresión que este escribano lleva más de un año repitiendo cuando ingenua o malintencionadamente se esgrime la derrota de ETA. Medio siglo de asesinatos, un millar de víctimas, decenas de miles de extorsionados y secuestrados y, como premio, a legislar sobre los métodos y prohibiciones a las Fuerzas Armadas. ¿Podían aspirar a mayor reconocimiento los etarras? Única respuesta: No.
Como el zorro que es autorizado a cuidar del gallinero, se sustituye una letra: los practicantes de la ley de la mortaja a los muertos se cargan la malévolamente denominada "ley mordaza". Y presenta, ¡tela!, la nueva legislación, con la cómplice aquiescencia del gobierno olvidadizo de sus propios asesinados la abogada defensora y cómplice de los etarras, Mertxe Aizpurua, esa mujer condenadamente fea (y hablo de ética, no de estética) que ignominiosamente atribuye a las pelotas de goma disuasoria un carácter cuasi delictivo. ¡Donde esté la bala en la nuca, 'ande' va a parar!
Esta semana veíamos a un joven policía galardonado por una redacción en un concurso nacional reivindicar ante el ministro Marlaska (impertérrito, a él con el sueldazo y el olvido ya le da para seguir respirando) que no se subvierta el orden entre los servidores de la ley y los que quiebran la convivencia y la paz. Esto, exactamente, es lo que acaba de ser decidido por la abyecta mayoría parlamentaria que ha renunciado a su responsabilidad para entregar las llaves de los cuarteles, Todo por el Poder en lugar de Todo por la Patria, a la mafia terrorista.
Pierda el joven policía toda esperanza, ahora ya puede ser insultado y escupido por un billete de cien euros de multa salvo que pida perdón, caso en que el atentado contra la autoridad será gratuito. Quedará en indefensión en toda manifestación y contará más compañeros heridos que protestantes (algo que, por otro lado, ya sucedió en Barcelona en torno al 1-0 ahora blanqueado).
Y en este mismo día de la portavocía de las "fuerzas progresistas" de la apologética del terrorismo, sale a la calle el asesino de Fernando Buesa, compañero de militancia que fuera de Pedro Sánchez, entre el silencio bobalicón de tantos militantes del PSOE invadidos por una alienación o sedación, abducidos por el efecto del poder y el seguimiento al líder supremo con los sacerdotes territoriales paniaguados como pastores.
Que los Ángeles Custodios y la Virgen del Pilar nos protejan.
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.
(Gustavo Adolfo Bécquer hoy)