Catalunya ens roba con la llave que le ha dado Sánchez

30 de Julio de 2024

Paco González, el líder de la radio deportiva española, utiliza una expresión castiza cuando entre el árbitro y el VAR cometen una injusticia: "Ha sido un mangazo". Esto es, un latrocinio, un hurto, una injusticia manifiesta.

Este lunes, hemos conocido otro mangazo, con la peculiaridad de que el guardián de la casa ha entregado a los saqueadores no sólo la llave de la casa, sino además le ha dado la de la caja. Así mismo lo ha definido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que ha pasado de aspiraciones gubernamentales a la senda de la insignificancia (y yo me alegraré de que así sea para esos rufianes antiespañoles). Es más, los de Aragonés (¡qué gentilicio tan infaustamente aplicado a un apellido!) y Jonqueras así lo han definido: la llave de la caja. Y han añadido: esto allana el camino hacia la independencia.

En realidad, con la asimetría competencial en España desde antes y sobre todo desde el sanchismo a favor de Cataluña y del País Vasco, el independentismo ya ha ganado. En la constatación de que el presidente del Gobierno es político y no estadista (recuérdese diferenciación de Sánchez), se confirma que la actual va a ser la peor legislatura de la democracia en España. Lo poco que se decide es un desastre.

Después de siglos de construcción y de unión, las ambiciones personales y personalistas comienzan una deconstrucción burda por la vía de la cobardía y la egolatría. En esto, el ejecutivo español es mucho más trumpista que de Biden, y si alguien lo pone en duda recuerde la frase del candidato saliente de Estados Unidos: la defensa de la democracia está por encima de la perpetuación en el poder. Contraposición, por cierto, al tirano Maduro al que ha apoyado indecentemente Zapatero. Todo esto es profundamente retrógrado y reaccionario. Progresismo de boquilla.

Así que podemos proclamar que, para que Illa abra una nueva etapa -como afirma el PSOE- perjudicando al resto de España, la comunidad vecina va a recaudar y gestionar todos los impuestos. Además, se le condonan 15.000 millones que adeudaba al Estado que gentilmente pagó sus juergas, sus embajadas y sus herramientas para destruir la unidad de España. Ya sin entrar en otras cuestiones como las rodalías, podemos concluir que "Catalunya ens roba". Lo grave es que, en esta conculcación de la ética y de la razón que apuesta por la unidad frente a la división, es el presidente del Gobierno de España el que les entrega la llave de la caja, cayendo en la mayor bajeza moral de un mandatario conocida en nuestra reciente historia.

Pero, más allá de conceptos patrióticos, se rompe el principio de cualquier nación de que el reequilibrio para que cada ciudadano disponga de las mismas oportunidades pasa por la aportación de las comunidades ricas para que las menos acaudaladas y con menos recursos, en muchas cuestiones por injusticias históricas como es el caso, avancen hacia la confluencia. Así se edifican los países prósperos.

Expresado de otra manera. Después de que Cataluña haya sido favorecida ancestral e inapelablemente por los peores regímenes de nuestros anales, léase el franquismo, después de haber aprovechado el aluvión demográfico que desertizaba Aragón, o Andalucía, o Extremadura o las Castillas con lo que representa de transferencia de capital humano productivo (esto sí que merece el cálculo de una balanza económica), ahora recibe otro privilegio que es la puntilla.

Para explicitarlo de una manera gráfica, si en la caja común hay mil y los ricos se cogen para sí sus denarios exclusivos, para el resto habrá menos recursos. Significa que "Catalunya ens roba" y que Aragón, las Castillas, Extremadura o Andalucía se empobrecen. Las infraestructuras y los servicios se verán mermados salvo que los ciudadanos depauperemos nuestros bolsillos para soportar una carga fiscal que sería insostenible.

Esto es del género tonto: so pretexto de otro lugar común engañabobos (el nuevo tiempo de Illa, que para que no se vea la risa hay que pronunciarlo con mascarillas, que rima además con su pretérito desempeño pandémico), se financia la independencia de Cataluña y se castiga a los leales con la idea de España. De locos. A mí, que me pongan una urna, que ya no tengo "el chichi p'a farolillos" que decía la popular cómica.

P.D.: Lo cantó Rubén Blades. Pedro Navaja, matón de esquina, quien a hierro mata, a hierro termina.

Etiquetas: