Las compañías políticas incoherentes de SOS Sanidad Rural

31 de Julio de 2024
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Fue Ban ki Moon el que definió la sociedad civil como el oxígeno de la democracia. Esta consideración ha sido el sustento filosófico de los movimientos que, bienintencionadamente, han surgido en distintos puntos del mundo y en nuestro entorno, como la Plataforma Huesca Suena. En su germen y en su esencia, el alejamiento de cualquier veleidad política. Su respiración depende de su congruencia.

En las últimas semanas, han surgido distintas secciones del llamado SOS Sanidad Rural frente a los "recortes" en la asistencia con distintas casuísticas, con la coincidencia de que están arraigados en municipios gobernados por la oposición respecto a la DGA. No seré yo quien discuta la autonomía consistorial y mucho menos la libertad de conciencia. Rechazo los recortes en cualquier servicio, y más en el ámbito rural donde la supervivencia es una heroicidad. Pero la permanente presencia de los dirigentes del PSOE resta condición de movimiento de la sociedad civil a estas reivindicaciones. Lo cual no empece para su legitimidad. Pero con consciencia de que son parte de un entramado político.

Sin entrar en otras consideraciones como la defensa de distintos coordinadores de centros de salud (el de Almudévar es un grandísimo profesional que no merece que se le coloque aviesamente en el foco del debate) de la gestión que están realizando, que como mínimo han puesto en entredicho las afirmaciones taxativas de los comunicados reiterados de los SOS Sanidad Rural en el caso de Monegros o de Almudévar, y tampoco en el incremento constatable de un 10 % en los presupuestos del Gobierno de Aragón, a estas alturas de la película entramos en un escenario de incoherencia que haría conveniente que estas plataformas reconsideraran sus compañías.

Como este martes denunciaba desde Lecina la Asociación de Amigos de la Carrasca, la hipócritamente denominada España Vaciada ha caído ya en el olvido por la lejanía de la perspectiva electoral. Muchas promesas, cero cumplimientos, ni aun teniendo el árbol con el que tantas fotos se hicieron los gobernantes. Fueron miserablemente utilizados... pero eso tiene su recorrido.

En el caso de SOS Sanidad Rural, encabezan las concentraciones dirigentes de partidos (no sólo el PSOE) que sostienen un gobierno que va a reducir la financiación autonómica de Aragón en más de doscientos millones de euros. Esto es, que van a mermar la posibilidad de sostener los servicios, entre ellos los sanitarios. El mismo ejecutivo central que ha decidido que los pacientes potenciales de Aragón merecen peor calidad que los de Cataluña, comunidad esta a la que acaban de prometer patente de corso y engorde de caudales públicos para que avancen hacia la independencia.

Pues bien, esos alcaldes, incrustados dentro del sanchismo (de Elisa, la del San Miguel de Cinca iluminado por su hijo, que aplauden los manifestantes políticos de SOS cuando se descubre el feo asunto) permanentemente complaciente con el sanchismo (de Pedro), van a dar respaldo a tal adelgazamiento de la solidaridad interterritorial, con lo cual su legitimidad se restringe por la vía de la incoherencia. El poder es el poder y la pela es la pela. Y es que, cuando predicas, si no das trigo, el SOS se traslada a la generalidad.

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